Interesantísima película, por lo que cuenta y por la originalidad y ritmo propio con que lo cuenta, pero también hay que decir que salió de Cannes hinchadísima por la crítica y el jurado, que le dió dos premios importantes (Palma de Oro y mejor director), en vez de distribuirlos más y mejor entre películas que quedaron sin premio, como ’Dogville’ o ’Mystic River’.

Lo mejor es el retrato de los adolescentes de esa típica "high school" norteamericana, con su indiferencia, su desconcierto ante el mundo y sociedad planteadas por los adultos, y sus temores, complejos y confusiones.

El defecto principal es que, en ocasiones, plantea argumentos con posibilidades pero que no resuelve del todo, o deja a medias, como esa fugaz relación homosexual entre los asesinos en la ducha, de la que no vemos ningún indicio previamente que lleve a esa situación.

Como curiosidad, la casa ’Osborne’ consigue publicidad gratuita a nivel mundial con la camiseta que luce el chico de melena rubia.