Conocía -sin detalles, de oídas y levemente- el caso Harding, uno de los más sonados y bochornosos del deporte estadounidense en toda su historia. Y al saber de este proyecto no quise indagar ni leer acerca del mismo, porque prefería que me lo contara la película.

Pues bien, una vez vista, y disfrutada, puedo decir que gracias a su perfecto ritmo (extraordinaria labor de montaje, muy justamente nominado al Oscar) y a su entretenidísima narrativa, me he enterado perfectamente de la vida, el ambiente, los éxitos deportivos, las desgracias personales... y el "incidente" en el que se vio involucrada la -tan talentosa como ordinaria choni- patinadora Tonya Harding, su marido, el gordo retrasado, los tarados "matones" y la madre que la parió... Como bien dice el personaje de Bobby Cannavale en una de las falsas entrevistas que fragmentan la narración, todos una panda de majaderos.

Una auténtica sorpresa de la cartelera actual, estupendamente producida, estructurada e interpretada. Grandes Margot Robbie (por primera vez) y Allison Janney (como siempre).