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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
8
Terror Vudú, zombies y magia negra se combinan en una isla misteriosa en este clásico de terror de serie B dirigido por Jacques Tourneur ("La mujer pantera"). Una producción de Val Lewton para uno de los títulos míticos del género. (FILMAFFINITY)
19 de mayo de 2020
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A raíz de esa pregunta, la protagonista Betsy Connell, residente en Ottawa (capital de Canadá), en su profesión como enfermera, es encargada para atender el extraño caso de la mujer de un cacique de San Sebastián que explota personas negras en su plantación de azúcar, embarcándose en una travesía inolvidable de supersticiones locales y vudú.

El director de la obra no es otro que Jacques Tourneur, director franco-estadounidense archiconocido en el género por haber dirigido películas como El hombre leopardo (1943) o La mujer pantera (1942).

Empleando el arquetipo del zombi clásico, presentado siempre a través del vudú, como ya hizo Victor Halperin en La legión de los hombres sin alma (1932), el director hace una alegoría sobre el colonialismo y la esclavitud a través del poder y la influencia ejercida por unos estados hacia otros, extrayendo a la fuerza esclavos africanos para someterlos a sus necesidades en otros lugares, provocando, por ende, el cruce de creencias y religiones que provocó el nacimiento del vudú mezclando el cristianismo con las primitiva cultura africana, la mixtión de la medicina con la brujería. Papá Miseria, mascarón de proa de un barco esclavista y reciclado como decoración, será la representación física de manera metafórica de los temas tratados, funcionando como leitmotiv de la película.

Pertenece al terror como género principal, tratando de inspirarlo a través de lo desconocido, de lo exótico, de aquello que ni los protagonistas ni el espectador pueda llegar a comprender o realizar un razonamiento lógico de los hechos plasmados. También presenta un pequeño romance acotado por la situación que servirá como motriz para el desarrollo de los hechos y la evolución de la protagonista.

Es una película que a día de hoy, por su clasicismo, puede ser apta para toda clase de públicos al presentar una historia fácil de asimilar que únicamente puede provocar cierta inquietud pero, en la época y por el realismo que maneja, estaba orientada muy probablemente a un público adulto.

La estructura del argumento está sustentada por un guión milimetrado que condensa a la perfección en escasos setenta minutos una terrorífica correría hacia los ignotos rincones del misterio, resultando en una comprensión fácil por unos diálogos sencillos y un ritmo ágil que incluso se permite gozar de puntos de inflexión explicativos de la trayectoria que va a seguir dicho arco respectivamente. La narración más que realismo pretende enfocarse en la naturaleza, muy respaldada por el espacio arquitectónico y la escenografía tropical, y en la naturalidad en cuanto a representación de sus personajes, basándose para ello en la elección de personas negras no muy experimentadas en el trabajo actoral para la interpretación de papeles menores, como es el caso de Darby Jones dando vida (o muerte) a Carrefour. Concede muchas licencias narrativas a la iluminación y a la banda sonora, encargadas de mantener la tensión en las secuencias carentes de diálogo, sosegando también en muchos momentos la carga emocional hasta el gran giro argumental.

Las interpretaciones del elenco son notables a nivel general, siendo convincentes en la transfusión de los sentimientos de sus personajes al público, destacada Frances Dee como Betsy Connell valiéndose de mucha expresividad para enfatizar el miedo que la embriaga en un primer arco, y el deseo despreocupado de ayudar en el segundo. Muy reivindicables también Tom Conway y Christine Gordon como la pareja Holland, elevando la pena y la soledad a grandes niveles apoyándose el uno sobre la otra mediante el guión y las actuaciones complementarias.

Estéticamente emplea varios recursos del expresionismo alemán, como es el gran contraste entre luces y sombras, donde las sombras adquieren mucha relevancia escénica usándolas como elemento expresivo y como presagio de que algo malo está a punto de suceder, como es la primera interacción entre Betsy Connell y Jessica Holland. Las personalidad ambiguas de algunos de sus personajes, como el de la señora Rand (Edith Barrett) o el propio Paul Holland, denotando misterio y algo más oscuro, también son muy características del movimiento vanguardista alemán. Los primeros planos con enfoques fijos de luz también son habituales para escenificar directamente los sentimientos de los personajes, algo empleado desde El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene, 1920). La escenografía y fotografía, austeras pero más que suficientes para la creación de un entorno natural, posee mucha fuerza argumental aún recurriendo a pocos escenarios, como es el caso del entorno a donde es dirigida la protagonista por consejo de Alma (Theresa Harris).

La banda sonora juega un papel fundamental al profundizar con esmero en la temática y guiando la evolución de los personajes usando de manera incidental música popular negra, capitaneada por Sir Lancelot interpretando al cantante Calypso, la cual tiene una gran carga emocional en Wesley Rand (James Ellison) y siendo reiterada dando un aura lúgubre adicional a la trama. La banda sonora compuesta por Roy Webb es muy habitual en el cine de terror, usando sonidos graves de contrabajos y violonchelos alternados con tintineos agudos de violín que acrecenta el ritmo de la acción en la secuencia.

Por todo, es un gran trabajo sobre el funcionamiento del zombi clásico basándose en las raíces supersticiosas en las que se fundamenta recreando una historia sobre colonialismo y choque cultural rociada de un hipnótico romance atemporal. (7.5).
Tiggy
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