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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
6
Aventuras. Fantástico. Terror. Comedia. Acción Inglaterra, siglo XIII. Las fuerzas del Mal ejercen su reinado en la Edad Media. Valerosos caballeros se disponen a entrar en desigual batalla, mientras los atemorizados campesinos se refugian tras los muros del castillo. Todo cambia con la inesperada llegada de un nuevo héroe, provisto de sofisticadas armas y que dice provenir del siglo XX. (FILMAFFINITY)
14 de marzo de 2021
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Aunque El ejército de las tinieblas no iguale a sus predecesoras, sigue siendo diversión en estado puro. De hecho, absolutamente todo se cede a la comedia física reformulando en forma de fantasía la saga. No hay más terror que el que inspira el maquillaje, mejoradísimo con la mano maestra de la leyenda Greg Nicotero. Reúne todos los elementos de la fantasía; el héroe salvador, el hombre sabio que lo envía, grandísimas batallas entre ejércitos (obviamente si se llama El ejército de las tinieblas), alianzas, 'armas mágicas', un señor oscuro... absolutamente todo está estructurado en torno a la épica de la fantasía.

También entraña un bonito mensaje antibelicista donde solo la convivencia es la única ruta posible para la felicidad y prosperidad del ser humano. Raimi, fiel a su estilo socarrón, caricaturiza hasta el máximo todo lo que da forma a la película, pero también de manera muy humana. El héroe (antihéroe) es egoísta, torpe, se equivoca en su misión y no muestra ningún síntoma de culpa hasta que el romance entra en juego. El romance, el amor, el sentimiento más bonito y humano de todos es lo único que lo mueve. Este deus ex machina es el que permite cerrar la trilogía, fiel a la construcción que Raimi hace de Ash a lo largo de Terroríficamente muertos (1987) (y, aunque menos, de Posesión infernal, de 1981), con Linda (la novia de Ash) jugando un papel primordial (de ahí que sea recordada en el arranque de la película).

Los efectos especiales, stop motion y demás, sí, han envejecido de aquella manera, pero creo que ahí es donde reside uno de los mayores encantos (y mayor comicidad) de la obra, y a los que el pequeñísimo toque de Tim Burton en cuanto a ambientación (la música está a cargo del genial Danny Elfman) favorece enormemente toda la aventura de Ash por la Inglaterra del s. XIII. El cierre, la última escena, es demoledora, siguiendo con lo que quería decir Raimi acerca del carácter belicista del ser humano que, aunque plasmado desde el humor, no deja de ser realmente preocupante y triste.

En fin, es todo un deleite poder volver a aventurarme en esta epopeya homérica medieval de demonios y fuerzas del mal de la mano de Campbell y la increíble mente de Raimi. (6.5).
Tiggy
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