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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
7
Thriller. Drama Un anuncio puesto en internet por un hombre obsesionado con el canibalismo hace que una víctima ofrezca su propia carne al servicio de dicho hombre. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin ninguna duda, una de las películas más grotescas y salvajes que se hayan rodado. De producción alemana, como no podía ser de otra forma, Marian Dora, pseudónimo por el que se conoce al director, se basó en los infames sucesos de Armin Meiwes, el Caníbal de Rotemburgo, para la elaboración de esta cinta casera tan solo cinco años después del asesinato y posterior ingestión de su víctima. Un hombre solitario, obsesionado con el canibalismo y de tendencias homosexuales, emprende una exhaustiva búsqueda en los primitivos foros de internet de principios de milenio de alguien que acceda a ser su comida. Tras desesperarse, encuentra a un hombre que desea acabar con su vida, firmando un convenio por el que se deja asesinar tras un tiempo de intenso romance, y dejando al caníbal consumar sus perversas fantasías. Este crimen provocó una conmoción internacional por los medios, creando una duda legal acerca de si se trató de homicidio o de eutanasia, y alcanzó una popularidad sin precedentes en la historia de Alemania. A día de hoy, Armin Meiwes sigue en prisión, condenado a cadena perpetua.

La identidad del director es un misterio, usando numerosos pseudónimos. Perteneciente a la corriente del arte marginal, en la que se encasilla esta cinta por exceder los límites de la cultura oficial y la moralidad, sus mayores influencias se encuentras en el mondo italiano de Ruggero Deodato y la música de compositores como Ennio Morricone, de los cuales adopta con gentileza las formas para el rodaje de esta obra. La crueldad de su estilo traspasa el popular debate del límite artístico, residiendo entre sus temas recurrentes la coprolagnia, crueldad animal, violación o zoofilia, entre más barbaridades, lo cual le ha valido más que algún problema legal, y que incluye con amoral descaro en Cannibal. Todo un demente.

La clasificación, obviando la pertenencia a la categoría Hard R o X, es muy polivalente teniendo en cuenta los numerosos aspectos que envuelven el filme. Con un diálogo casi nulo y muy influenciado en iluminación por clásicos del expresionismo alemán como Nosferatu (F. W. Murnau, 1922), el planteamiento se coloca en el género del thriller por la producción de ansiedad o curiosidad mediante la búsqueda del morbo ataviada a la maníaca empresa del protagonista. La segunda parte se corresponde con el romance, un romance sadomasoquista que pone en tela de juicio los oscuros fetiches sexuales que portan algunas personas, llevándolo al extremo de la inmoralidad y la decisión de cada uno sobre su propia vida, robando la carta con la que se abre el debate de si es lícito o ilícito legalizar la eutanasia. El terror no se corresponde en ningún momento, ya que no es lo que Dora busca. El director busca la repulsión en el espectador, el asco, una lavativa estomacal por las innombrables imágenes que se suceden enmascaradas bajo la delgada línea del placer y el dolor, sobreviniendo en una catarata de emociones humanas reprimidas por el inhumano deseo del libre albedrío. La última parte es donde decae más la película, no por ello sin dejar de ser repugnante, utilizando el crimen que sucede al drama espiritual y mental que porta el protagonista.

Marion Dora usa una estética muy sucia para acrecentar ese sentimiento de asco en el espectador, creando una atmósfera muy intimista y oscura llevada por dos únicos actores radicado en el bajo presupuesto y, sobretodo, esa sensación de cinta casera, rozando el snuff film, enfatizando en la crueldad sometida de la condición humana. También muy instigado por la obra maestra de Pier Paolo Pasolini (Saló, o los 120 días de Sodoma, 1975) en esa concepción del tiempo y quizás, muy intrínsicamente, de reivindicación cimentada en la volatilidad del alma humana mediante un abuso de poder que, aunque no se produzca unilateralmente, encuentra cobijo en la insana relación mantenida por los dos personajes basada en convenio e imposiciones. Muy probablemente, esta película sentara cátedra en el cine más escabroso de la parte este de occidente, encontrando algunos paralelismos en producciones como A Serbian Film (Srdjan Spasojevic, 2010) o The Human Centipede (2010), aunque con un declive inmenso en las formas.

La técnica amateur está ligada a la iluminación, sin la cual no provocaría tanta repulsión y de la que se retroalimentan convergiendo en un huésped y un parásito amartelados en un único cometido: la destrucción de la probidad humana. Dora utiliza muchos planos detalle mecidos por una edición de sonido que deposita ruidos viscosos, balidos o relinchos que nos sitúan en un espacio rústico y que juegan con la metáfora de la carne, independientemente de su procedencia, como comida, a la hora de grabar con explicitud las relaciones eróticas de ambos hombres, reincidiendo en las lenguas y en los miembros viriles. Los picados que denotan una excelente vista espacial va a ser lo referente en cuanto a mostrar la acción rodeada de esa escenografía insalubre y sucia donde se desempeña.

Dora usa algo de simbolismo en cuanto a la utilización metafórica de invertebrados como arañas o caracoles. La araña representa la perversidad, que teje una red esperando a su presa. Por otra parte, el caracol simboliza la viscosidad, así como la eternidad del momento por el que pasan los personajes en su debacle interno, en su caparazón, sobre la elección de sus decisiones.

Las interpretaciones son realmente comprometidas con elevar el trabajo del alemán hasta unos niveles de indecencia plausibles, representando unos papeles que serían imposibles para gran parte de los actores.

Por mi parte, concluyo con que no es una película para todo el mundo, ni si quiera para mí, pero la labor de Marion Dora por representar con estremecedora verosimilitud tal abyecto suceso germano con el embarazo de repeler al espectador, algo que consigue, es digna de un genio. 'Suche gut gebauten Achtzehn- bis Dreißigjährigen zum Schlachten...'
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tiggy
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