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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
3
Ciencia ficción. Terror Una joven pareja que se va a vivir cerca de un cementerio será testigo de extraños sucesos. El motivo es que una raza alienígena pretende invadir la tierra y, con tal propósito, está resucitando a los muertos para formar con ellos un ejército. La policía se encargará de investigar lo que está ocurriendo. (FILMAFFINITY)
1 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Está muy lejos de ser la peor película de la historia, como es conocida, aunque sí que es muy, muy mala y cutre en el peor sentido de la palabra. Partiendo de una premisa completamente absurda como es la llegada de alienígenas (antropomórficos, por cierto) que ejecutan el Plan 9 para llamar la atención del gobierno de la Tierra, consistente en la resurrección de los muertos, con el objetivo de llamar su atención y persuadirlos de no crear una bomba a raíz de la luz solar para evitar la destrucción del universo. Todo en la película es absolutamente avaro y mezquino; interpretaciones, guión, decorados, banda sonora, efectos especiales, dirección, luz... en realidad, lo único decente es la interpretación de Béla Lugosi (Ghoul Man), que son extractos positivados en la cinta, grabados antes de su muerte, y colocados después de ella, interpretando a un anciano fallecido que regresa a la vida. Béla solo fue colocado en la película para tener en el título el nombre de una gran estrella, y porque era amigo íntimo del director, Edward Davis Wood, Jr., y en las escenas que no permitían ser interpretadas por Béla fue sustituido por Duke Moore tapando durante todas sus apariciones la mitad de su rostro. También resulta algo decente el diálogo sofista mantenido entre Eros (Dudley Manlove) y los representantes terrícolas, presentando algo de reflexión sobre el carácter destructivo de la humanidad. Tor Johnson y Vampira dan vida a los otros dos zombis (Inspector Clay y Vampire Girl respectivamente) de una forma... bueno... literalmente paseándose por los decorados. Cabe decir que la concepción del zombi moderno que tenía Ed Wood es bastante anterior a la de George A. Romero (La noche de los muertos vivientes, 1968), nueve años anterior, y que sigue las pautas (más o menos) de lo que popularizó Romero una década después. Los efectos especiales son de risa cuando los tienen, así como el decorado de cartón-piedra que en algunos momentos del film se nota como mueven lápidas (que son supuestamente de piedra) al tropezarse algún actor con ellas. Es una película cómica en conjunto, entretenida, sin ninguna pretensión, casi como lo que hoy día sería Zombeavers (Castores zombies) (Jordan Rubin,2014), tan patética que acaba resultando divertida. (3.5).
Tiggy
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