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España España · Madrid
Voto de Melmoth:
6
Comedia. Thriller. Drama A principios de los años noventa, un agente del FBI, con la ayuda de un bioquímico (Matt Damon), consigue desenmascarar una fraudulenta política de control de los precios por parte de una multinacional del sector agrícola. (FILMAFFINITY)
28 de enero de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aturdido no sólo por la batahola de acontecimientos sin sentido sino también por la incoherencia de las situaciones y de los personajes, me introduzco de lleno en la personalidad (entre imbécil y genial) del protagonista (Matt Damon, en soberbia actuación y caracterización), megalómana y soñadora, metirosa y excepcional. Se trata de un tipo que gana 350.000$ a principios de los años 90, y que por razones que aún se me escapan, empieza un juego con el FBI, con el Gobierno Federal y la Fiscalía que sólo puede conducirle a la cárcel; pero aún así, lo juega, lo inventa, lo recrea y, sobre todo, se lo cree... ante el estupor de los agentes (Scott Bakula, que tiene una ristra de gestos que abarcan lo cómico y lo trágico de manera magistral. ¿Quién lo iba a decir o a pensar de un actor al que sólo recuerdo en una serie un tanto floja y un par de pelis de secundario?), los directivos de la empresa para la que trabaja, la prensa, su propia mujer y, cómo no, el espectador (es decir, yo mismo), que no sale de su asombro.
Soderberg rueda con maestría, eligiendo planos que no marean ni condicionan, en ambientes grises y oficinescos, con la voz in off del imaginativo (o bipolar) soplón, sin abandonarle en ningún momento... y dejando al albur de las mentiras concatenadas, un desenlace lógico, aunque imprevisble. No deja uno de asombrarse ante tanta locura serena, tanto engaño disfrazado de verdad (luego, descubriremos que algo de verdad había en el discurso y en el argumento de Matt Damon, no mucha, pero suficiente para hacernos una idea de lo que ocurre en el mundo de las altas finanzas).
La cinta es un pelín extraña, lenta y pesada. Sobresalen los actores y una trama que sin ser cómica, te hace sonreír. Pero no esperen una trama sólida o bien construida. La primera hora resulta enmarañada, y para cuando quieres darte cuenta de lo que está ocurriendo, no sabes si sentir lástima o asco por el personaje. Tendría que verla de nuevo (y ni se me ocurre) para recuperar parte de lo que Soderberg quiere contarnos, pero, creo no equivocarme, cuando afirmo que la película es bastante irregular y torpe.

LO MEJOR: Matt Damon interpretando a un personaje casi imposible; y Scott Bakula, absolutamente encarnado (no se me ocurre otra expresión para describir la caracterización del agente Bryan). La recreación de los ambientes de época (apenas unos 20 años atrás y cómo hemos cambiado), la música de Hamlisch -que acicala el histrionismo de la historia y la hilarante sucesión de travesuras- y una dirección tan sobria que pudiera parecer aburrida.

LO PEOR: La técnica narrativa desespera incluso a los incondicionales del cine intimista. Jugar al despiste con los espectadores es un riesgo que pocos directores están dispuestos a correr, y al hacerlo, no siempre sale bien, como en esta ocasión en que uno termina un tanto idiotizado por tanta información que no acaba de comprender ni asimilar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Melmoth
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