Esta es una joya de la animación desde el momento que salió, un clásico instantaneo, tan buena como cualquier película que haya salido en el 2016. Esto se debe a la unión de una mente creativa como la de Dudok de Wit con la mejor productora de animación de todos los tiempos, Ghibli. Se comentó que a Miyazaki le gustó tanto esta obra cuando la vio que le entraron ganas de involucrarse en otro largometraje de animación, si es así mis ojos están brillantes desde ya.

Estamos ante cine puro, desnudos ante una historia tan simple como inspiradora donde esa sencillez es su mayor virtud, decía un músico hace muchos tiempo que cuando se hace algo realmente grande con sencillez ahí encontramos realmente la creatividad, la virtud de hacer fácil lo genuino, eso es La tortuga roja.

El dibujo minimalista, delicado, técnica de animación con la cadencia a la que nos tiene acostumbrados Ghibli, la armonía tonal de los colores, estamos ante verdaderos artistas, es un verdadero gozo para los sentidos y la imaginación.

El que diga que es aburrida es que no le gusta la belleza.