Cuando acabé de ver esta película me quedé con ganas de más, mucho más, y empecé a aficionarme por el cine antiguo, pero reconozco que ninguna película de la época ha logrado llenarme tanto.

Natalie Wood bordó el papel, haciendo al espectador tan partícipe de la película que bien podría sentir ser parte de ella.

Una crítica a la falsedad con la que a veces actuamos las personas, a la sociedad de una época tan centrada en enriquecerse y en hacer ver la importancia de la diferencia de clases, que se olvida de los sentimientos de las personas, a aquellos que intentando ayudarte pueden llegar a hundirte, creyendo saber mejor que tú qué es lo que debes hacer o cómo y dónde hacerlo, pero que no son capaces de escucharte ni entenderte...

Esta película es magnífica, única, mágica y muy muy recomendable.

¡No dejes de verla!