Ya había leído sobre Mateo Gil, el gran colaborador de Alejandro Amenábar en todas sus películas, quise comprobar si él era bueno en solitario y en efecto, acerté. Nos presenta la inolvidable historia de Butch Cassidy como una epopeya trascendental del exiliado forajido en su pasado de una manera que sin duda es más que el subgénero del género Western conocido como "Western Crepuscular" que consiste en que el protagonista se muestra egoísta, ambicioso e incluso un asesino. Sin embargo, desde mi punto de vista, esta película va más allá de ese género ya que al supuesto James Blackthorn es una persona un tanto a veces conforme con la descripción del western crepuscular pero generoso, carismático y tranquilo. Respecto al guión, es sencillo y brillante, se nota que clavaron el estilo de los diálogos de los antiguos westerns de John Ford y hacen que sintamos nostalgia por aquellas películas y sobre todo a "Dos hombres y un destino". Localizaciones preciosas, una interpretación magnífica de Eduardo Noriega en un género tan difícil como este. Una película para los amantes del western por amantes del género.