La brujería se cierne delante de la inocencia y para ello cobrará un matiz adulto, corrupto, y por ende, potencialmente maligno. Los golpes son más duros cuando la tranquila niñez se junta con la maldad inesperada, sin su apariencia normal y bajo el suspense más sencillo, pero también el más despiadado. Aparecen apreciablemente ciertos aspectos que podrían interpetrarse como guiños indirectos al brutal plano secuencia con el que se exaltó la fama de "Halloween" (Carpenter, 1979).

El horror que se cuece en toda su narrativa es fascinante por su imaginería y su originalidad para atraer los miedos y las situaciones más inhóspitas desde sus inesperadas secuencias. El montaje de Tom Holland acrecienta la denominación de "novedosa" y "carismática" hacia esta obra de terror de finales de los 80, su tratamiento de la acción, así como sus escenas de terror sensiblemente violentas, otorgan cobertura semántica a este juicio adjetival.

"Fright Night" (Tom Holland, 1985) es un cine de serie B tremendamente llamativo y divertido, a diferencia de "Child´s Play" (Tom Holland, 1988), que va más allá, con un guion original que sabe usar los elementos más comunes del género y desarrollar otros nuevos. Además, se toma la molestia de llevar el suspense al máximo, con una atmosférica ambientación de momentos demasiado estridentes en su elaboración de sustos de corte más impresionista.

Su anticlimático final no hubiese podido evitar todo lo que aconteció con Chucky en el futuro, y su leve y a la vez totalizadora representación primeriza ha hecho frutos en el cine de terror contemporáneo. Tom Holland no puede estar más agradecido después de una entrega de cine de terror, de horror y de todo aquello por lo muchos odian los muñecos a escala real.