El director de la famosa saga de “Los Piratas del Caribe”, sorprende con su apuesta por retratar un thriller gótico que mezcla la fantasía y el terror. El elenco actoral funciona de forma sobresaliente para retratar unos personajes caracterizados por poseer una moralidad y una visión del mundo relacionado con el marco histórico al que pertenecen. El argumento del filme se asienta firmemente en el suspense y en la intriga con la que se van abriendo los misterios que conforman la trama principal. Dentro de esta dinámica hay diferentes formas de usar los espacios y los lugares que componen este relato gótico con el fin de mantener la tensión y desencadenar giros argumentales que favorecen la sensación de misterio en toda la obra. El apartado visual sabe enmarcar el horror y el terror psicológico de cada lugar en el que se ve inmerso el protagonista principal, al mismo tiempo que se advierten planos y escenas muy bien trabajadas. El personaje encarnado por Dane DeeHann y sus continuos cambios producidos por el argumento del filme recuerdan en ocasiones al personaje interpretado por DiCaprio en Shutter Island. El aspecto conspiranoico y la sensación de locura que parece que vive el personaje a ojos del espectador y la forma narrativa en la que se describe tiene características que podrían ser similares entre sí. Sin embargo, todo esta relación es temporal y momentánea dado que finalmente se puede apreciar la diferencia de guion en la obra de Scorsese y en la de Verbinski. El desenlace es inesperado por cómo acontecía la trama hasta en los últimos momentos pero que parecía poder tener sentido dado la atmósfera que se apreciaba en los espacios, los personajes y el tratamiento del terror psicológico demostrado continuamente. Un final poco imaginativo y más enfocado a reavivar la fantasía y lo sobrenatural que se apreciaba en gran parte de la trama por su forma tan simple de desarrollar su encaje argumental si tenemos en cuenta el estado en el que se encontraba el personaje de DeeHann. Sin embargo, la película cumple con la intención de trasladar a la gran pantalla un relato gótico que podrá recordar a muchos el estilo literario de Lovecraft, entre muchos otros. Con una frase final que apunta una primera interpretación hacia la historia, “La cura del bienestar” responde de forma excelente a una historia que recibe por su narrativa un emparejamiento con la leyenda y que se acerca al terror sobrenatural y fantástico por la gran adaptación de los elementos de la literatura gótica.