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Voto de Tony Montana:
8
Drama Erik, un joven de 16 años expulsado de su escuela por su comportamiento violento, recibe la última oportunidad cuando su madre la envía a un exclusivo colegio privado. Allí pronto descubrirá, sin embargo, que los alumnos mayores ejercen un cruel reinado del terror sobre los estudiantes más jóvenes. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2007
53 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un capítulo de Los Simpsons, el doctor Hibbert decía que "sólo una persona entre un millón tiene lo que los cientificos llamamos el gen de la maldad. Hitler lo tenía. Walt Disney lo tenía. Y Freddy Quimby lo tiene". En Evil dicho gen de la maldad lo tiene Erik, el protagonista... claro, que también la tiene Silvian, y el resto de lacayos, y el propio padrastro de Erik. Si la cinta se hubiera llamado Una historia de violencia, no le habría venido nada mal. Y es curioso también destacar el ambiente totalmente totalitario, nazi, que desprende la película, mostrando un entorno totalmente anclado en el pasado, con normas totalmente primitivas, siempre en un marco completamente violenco y casi surrealista, donde la sangre es el precio que hay que pagar por sacar buenas notas.

Quizás el argumento pueda parecer trillado, el abuso y el maltrato a estudiantes es algo que siempre se trata del mismo modo, pero no desde el mismo rasero con el que el director envuelve la historia. Y es que se nota cuando está en manos de un cineasta europeo una historia que en América se habría convertido en un dramón ultraviolento sin el mensaje que transmite esta durísima historia. Pero sí deja cierto regusto a cine americano, y no sólo por el look a lo James Dean del protagonista durante toda la cinta. Una puesta en escena brillante, un manejo del suspense totalmente magistral, con algún encuadre que recuerda más a Welles que a Bergman, y con una tensión que se palpa constantemente durante todo el metraje. Como ya he dicho, una durísima crítica al totalitarismo y a la separación totalmente fascista de clases, tema tocado con repulsión por el director, aunque ciertamente todo con un toque bastante exagerado que hace que pensemos que estamos ante una durísima pesadilla vivida por el protagonista.

Y aún queda por hablar del dilema moral que supone colocar de protagonista a alguien que, dentro de las novatadas y maltratos, no hace más que recibir de su propia medicina, por mucho que pretenda resarcirse. Sin tener claro del todo si hace lo correcto o no en un mundo donde prima la fortaleza y donde, a modo de Esparta o la Alemania nazi, los débiles son sacrificados y humillados por las clases superiores, es imposible no permanecer atento y pegado al asiento. Unas interpretaciones notables, a pesar de lo difícil de creer que el protagonista tenga realmente 16 años. Pero lo más notable es la dirección, sobria aunque brillante, y un guión sencillo, aunque contando con la exageración como punto fuerte para impresionar aún más. La película retrata la violencia de una forma diferente a como lo harían Peckinpah o Leone, no es algo bello, casi un ballet, aquí es algo sucio y rápido, y a diferencia del cine americano, aquí los golpes duelen.
Tony Montana
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