Lo malo que tienen los relatos sobre un mañana con fecha de caducidad es que tarde o temprano éste los alcanza, y menos mal que algunos de ellos tiene interés por sí mismos porque como visionarios tendrían menos futuro que el que hasta ahora han tenido las zapatillas con “robotcordones” o los taxis voladores, claro; que una idea como la de conocer de antemano las cotizaciones de bolsa o los números premiados en la primitiva de los próximos treinta años no deja de ser una idea seductora que siempre tendrá futuro; al menos crematístico.

Aun así, Regreso dos, es la mejor de la trilogía de “Regreso al futuro” en lo que a mí respecta. Quizá porque al estar inicialmente pensada en este modo, como trilogía me refiero, y no ser algo sobrevenido; están muy medidas las secuencias cruzadas con las de la primera parte. No puedo decirles si se puede ver bien sin conocer su predecesora, ya que es algo que no he hecho ni podre hacer a no ser que viaje al pasado… o al futuro, ¿o qué sé yo….? Y me detenga a mí mismo antes de entrar al cine el año del estreno de la uno, secuestrándome hasta el estreno de la dos… Bueno; ya está bien de divagar por los callejones oscuros de mi retorcida mente, o entre los pasillos del tiempo, y ya es hora de decirles algo de la película: ésta hay que verla con ciertos ojos de muchacho con cierta frescura juvenil para verdaderamente disfrutar de ella. Si la contemplamos desde la sobriedad de un adulto lógicamente se nos antojará banal e infantil. Pero afortunadamente siempre hubo adultos que mantuvieron su mirada infantil y así hemos podido leer “La isla del tesoro”, “Los hijos del capitán Grant”, “Alicia en el país de las maravillas”, “Mujercitas”, o tantas otras.

Zemeckis vuelve como en la primera a resaltar el tono de comedia consiguiendo ésta, unas veces con acierto, otras; con bastante menos. Y como por Michael J. Fox no pasaban los años podría haber estado rodando secuelas durante diez años sin dejar de aparentar los diecisiete.

Le recomiendo que la visione en su orden correcto, o sea; después de la primera para que le resulte más comprensible y antes de la tercera para que ésta no le destripe, alguna incógnita, que en aquella queda.