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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Ciencia ficción. Aventuras La princesa Leia, líder del movimiento rebelde que desea reinstaurar la República en la galaxia en los tiempos ominosos del Imperio, es capturada por las Fuerzas Imperiales, capitaneadas por el implacable Darth Vader, el sirviente más fiel del Emperador. El intrépido y joven Luke Skywalker, ayudado por Han Solo, capitán de la nave espacial "El Halcón Milenario", y los androides, R2D2 y C3PO, serán los encargados de luchar contra el ... [+]
11 de julio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque hayan transcurrido más de cuatro décadas, casi medio siglo, desde su afortunado estreno, y parafraseando a Alfonso Guerra: “Al mundo no lo reconoce ni la madre que lo parió”; aún recuerdo cuando acudí a un viejo cine de barrio, con mis cortos años y mis cortos pantalones; por entonces, no sólo guiris y veraneantes vestían tal prenda, todavía era relativamente popular entre los chiquillos antes de alcanzar la pubertad y con ella los pantalones largos. Pero como iba diciendo, antes de divagar sobre moda infantil, cuando acudí a la proyección de este primer episodio, en el tiempo, denominado IV, de La Guerra de las Galaxias, en la oscuridad de la sala, quedé deslumbrado por un inicio apoteósico, espectacular, sorprendente y trepidante. Adosado al respaldo de mi butaca, quedé boquiabierto, ojiplático y maravillado ante tan colosal apertura… Ante un letrero que navegaba por el espacio de una galaxia lejana, precediendo a una persecución de naves espaciales entre destellos de rayos y explosiones, físicamente imposibles en el vacío; pero a quién le importa, ante tanta generosidad de luces, sonido y buenas vibraciones, y sin dar tiempo para asimilarlo, inmediatamente, sin pausa ni transiciones, hallamos un relato, casi mágico, un cuento con caballeros, conjuros, orcos, criaturas legendarias, hechiceros, magos, Señores de la oscuridad, Señores de la luz, rebeldes, Imperios del mal, fortalezas diabólicas, carrozas voladoras, un muchacho, un maestro, un contrabandista osado y fanfarrón, pero encantador, un peluche piloto, dos duendes de metal, una princesa y un malo como jamás hasta entonces se hubiera visto. Y este cuento nos va atrayendo mientras se vislumbra un triángulo amoroso, una saga familiar y una épica batalla final. Y más que la fascinación que nos provoca la fastuosidad de sus rutilantes efectos especiales, su electrizante banda sonora o su fotografía luminosa y plastificada, es el cuento, el relato, el que nos atrapa, el que nos envenena; encadenándonos, quizá para siempre, a esta aventura sin final…

No me extenderé mucho más, sólo comentaré, de pasada, su claro acento “tolkienano”, o ciertas similitudes con una obra menor, autoría de Jack Williamson, titulada “La legión del espacio” (1934). Pero éstos, son tan sólo pecados menores para una película que dejó de ser una realización cinematográfica, para convertirse en un mito y, en mi opinión, en la obra cumbre del cine comercial.
Plácido Eldel Motocarro
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