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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Fantástico. Aventuras Con la ayuda del ladronzuelo mendigo Abu, el califa Ahmed se enfrentará al malvado Visir que le ha arrebatado el poder y dejado ciego, aspirando al amor de la hija del sultán de Basora. La famosa narración del clásico de la literatura árabe "Las mil y una noches" debe su logro principalmente a la labor del productor Alexander Korda.
12 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En, una excelente producción, repleta de prodigios cinematográficos, filmados, sobre una novedosa, entonces, emulsión para películas, que hacía a éstas, proyectarse en color, con ese tono, “apastelado”, hoy ya envejecido, acudimos al relato de uno de los cuentos que, Sherezade, ha de referir al Sultán de Bagdad, durante mil y una noches, para sobrevivir, una más, al hacha del verdugo. Pues, como bien sabrá quien leyó esa obra cumbre de la Literatura Universal, que es "Las mil y una noches", el nexo de unión entre todos sus relatos, es, el de que la joven protagonista (Sherezade) ha de satisfacer, con una nueva narración, cada noche, al Señor del Islam, dejándole con la miel en los labios, para que, así, éste, aplace una jornada más, su ejecución, para escuchar, el siguiente ocaso, una nueva y bella historia, repleta de magia, fantasía, aventura... y sabias moralejas. Y de todas ellas, quizá, “El ladrón de Bagdad”, sea, una de sus mejores representantes, y de éste, ésta cinta sea su mejor versión cinematográfica, creo que es así, viéndolo de un modo objetivo, mas, para quienes la visionamos –aun en el viejo televisor de casa– siendo niños, para quienes quedamos deslumbrados, ante genios, enormes como montañas, que cabían dentro de una pequeña botella o, livianas alfombras, capaces de volar, todo, en una exhibición de portentosa magia visual, que abría nuestro asombro y nuestros ojos, para que se grabase en, nuestras pupilas, ya para siempre, la magia del cine, de ello, no hay ninguna duda.

Sé, que hoy en día, no es más que una reliquia, quizá un mero trazo de la historia del cine, y que pedir, a la generación que se abrió a “Las mil y una noches” por medio de la Disney, que aprecie la belleza de este viejo film, es pedir a Aladino que no frote su lámpara mágica, a Alí Babá que no pronuncie la mágicas palabras de “Ábrete Sésamo”, a Simbad el Marino que no ponga rumbo hacia mares ignotos y procelosos donde habita el peligro y el misterio o a nuestro pícaro ladronzuelo que no vacíe las bolsas de los acaudalados bagdadíes. Pero, en realidad, estarán ignorando, una película muy divertida, llena de sentido del humor y muy bien realizada, a través de unos efectos especiales, candorosos, pero espectaculares e imaginativos…
Plácido Eldel Motocarro
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