Qué le voy hacer; pero a mí me gustó. Me gustó la idea en la que se basa, me pareció original el argumento que nos habla; de un futuro en donde existe una empresa cuyo negocio es apropiarse de sanos y frescos cadáveres, en el pasado, para ofrecer la eternidad a quién pueda pagársela, claro; que de vez en cuando se les escapa alguno vivo al que llaman, freejack. Me gustó el personaje del cazador de recompensas, del “cazafreejack”; papel que representó Mick Jagger (que algo entiende sobre eternidades). Ah… que gran actor se perdió el cine; todo sea por el Rock and Roll. Me gustó Emilio Estévez, hombre… tanto, tanto; tanto no me gustó.

No voy a tratar de defenderla con disquisiciones técnicas ni consideraciones artísticas, ya que carezco de imaginación para inventarlas; y en la cinta no las encontré. No la voy a recomendar porque en realidad no es una buena película. La historia de amor entre Estévez y Russo tiene menos química que la sopa de la abuela. En cuanto a Hopkins… bueno todos somos humanos; y alguna vez hay que estar sólo por cobrar el cheque.

Pero a pesar de todo esto, no me pregunten por qué, a mí me gustó.