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Voto de Felipe Critic:
5
Romance. Drama Cuando Christian Grey, que se siente herido, intenta convencer a Anastasia Steele de que vuelva a formar parte de su vida, ella le exige un nuevo acuerdo antes de aceptar. Pero cuando la pareja empieza a ser más confiada y a tener una cierta estabilidad, aparecen mujeres del pasado de Christian decididas a frenar en seco sus esperanzas de un futuro juntos... Secuela de "50 sombras de Grey", en la que Grey sigue explorando sus demonios ... [+]
3 de enero de 2018
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Pues es San Valentín, la data seleccionada para estrenar la continuación de la historia sadomasoquista protagonizada por Jamie Dornan y Dakota Johnson. Numerosas son las irracionales alteraciones dentro de la secuela, sin embargo, la germinación desencadenante de todas esas perturbaciones es su pétreo cambio direccional, ya que Taylor-Wood endoso su liberable silla de directora (en limites permisibles) a el realizador de algunos episodios de bienquistas series televisivas tales como “House of Cards” o “Billions”, James Foley.

Si bien, “Fifty Shades of Grey” no fue bien recibida por la mayoría de la crítica especializada, una de las permutas más relevantes con la novela base fue la ingrávida pero pertinente modificación en la identidad de Ana, la protagonista. En los textos, es más intermitente, candorosa y permisiva; por lo contrario, su efigie en pantalla es la de una mujer romántica pero independiente, sufragista pero masoquista, y aunque su cometido de empoderamiento femenino no salió airoso, otorga algo medianamente axiomático aislado de la denigrada escritura de la londinense. Probablemente, ese es el principal conflicto de la deficiente última entrega, su estrecha y melindrosa fidelidad al libro de referencia. Esta vez, la intrépida mujer que se opuso a la misma creadora se ha ido, desatinadamente, Niall Leonard, esposo de James, es quien escribe y esboza personajes y contingencias vacuas, fútiles e inclusive paupérrimas.

—“Ana”; — “Christian”, la metálica y pesada puerta del ascensor del apartamento de Grey se cierra tenazmente. Ese fue el irrespirable y astuto desenlace del filme inicial, dejando a la protagonista en un mar de lágrimas, pensando cada día en él e intentando empezar de nuevo. La película en cuestión toma lugar irrisoriamente tres semanas después de lo acontecido, y digo “irrisorio” por las inconexas y soporíferas distorsiones de rol entre los protagónicos; en tan solo tres semanas, el Señor Grey abandona súbitamente sus arraigadas prioridades sexuales para convertirse en el auténtico sumiso de la narración, en la cual Anastasia Steele luce más experimentada, más libidinosa y superficialmente más codiciosa. Las falibles resoluciones continúan de la mano de tres antagonistas perezosos y anodinos, quienes pretenderan quebrantar la relación de la nueva feliz pareja, al mismo tiempo que Grey lucha con sus más intrínsecas sombras del ayer y del hoy.

“Darker”, ese evidentemente es el termino incorrecto. Hasta el mismo filme abre con una involuntaria autoparodia de su sugerente título, ¿Qué tan oscuras pueden llegar a ser unas rosas albas? Tal encabezamiento es escuetamente una táctica más con el fin de insinuar el ajustamiento de errores previos, no obstante, lo único que logran es subrayarlos con tinta más oscura.

Leonard y Foley son una mezcla letal para el género romántico, y lo anterior no debe ser tomado como un agasajo. En esta ocasión, le impregnan un aroma a thriller hosco, insatisfactorio e infundado; una serie de circunstancias mal planteadas, mal desarrolladas y mal solventadas. ¿Cómo es posible que luego de estar al borde de la muerte, lo único que quiere es tener más sexo? Acaso no te basta, mi amigo. Además, la incorporación de los nuevos personajes es sencillamente execrable, proporcionando actuaciones irregulares, con terminaciones de película universitaria y con un acotado tiempo en pantalla para desvelar sus talentos, tiempo malgastado en primeros planos de los protagonistas mirándose a los ojos.

Pese a la insondable insatisfacción que sentí, existe otra porción la cual sí que podemos alabar. Lo primero, abiertamente, es su protagonista. Aunque Johnson no puede salvar todo el metraje, no permite que su personaje se ahogue en ese mar de sosería y aburrimiento, por el contrario, la dota de una particular empatía. Otra satisfactorio punto es la desatamiento parcial del lúgubre pasado de Christian, acompañado incluso de escenas retrospectivas, que por ende le permite adquirir mayor participación, demostrando sus dotes actorales fascinantes para aquellas mentes que aún ven “The Fall” por BBC Two.

En el apartado técnico, podemos apreciar mejoras importantes dentro de la puesta de escena con respecto a la anterior, con softs pero perfeccionadas propuestas eróticas, que si bien no alcanzan el nivel de cadencia esperada, entrega desafíos arriscados. Asimismo, juegos pirotécnicos, antifaces, juguetes sexuales, fiestas, restaurantes, el remodelado penthouse de Grey y las habituales tomas aéreas de Seattle son percibidas de forma distinta, gracias a sus tonos nocturnos, renegridos y donairosos. Al igual que su antecesora, el acompañamiento sonoro es vital tanto para armonizar las sensuales tomas como para ornar un momento novelero. Aunque los oníricos ritmos de Legend, Sia, Swift o del mismísimo compositor Danny Elfman no convencen lo suficiente para otra nominación a los Premios de La Academia, encajan con complacencia dentro de escenas artísticamente preciosas, por ejemplo, Anastasia caminando bajo la lluvia.

“Darker” desestabiliza las espectaculares expectativas de la primera entrega debido a la reducida química de sus protagonistas, sus ambiciones mal construidas y una serie de fallidas decantaciones que desaprovechan el reducido potencial de los libros eróticos de James. Grey quiere casarse, olvidar el pasado y ser un novio corriente, desvelar sus sombras; Anastasia quiere ser jefe de la editorial, quiere más sexo, y quiere redimir a hombres con problemas psicológicos, parece que ahora es él quien quiere flores y corazones y ella coger duro. Así como empieza termina. Una ex sumisa acechando, un jefe insinuador y una dama mayor que quiere terminar la relación; con el flemático cierre, “Darker” insinúa convertirse en un thriller de asesinos en vez de la cursilería romántica que debe aspirar a ser.
Felipe Critic
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