Película de aventuras situada en la Edad Media que utiliza el mito del matadragones para desarrollar la historia, encarnado en el joven aprendiz de un poderoso y respetado mago y que además de luchar contra la bestia, ha de librarse de las garras de un rey tirano y sus secuaces.

El guión adolece de falta de originalidad y sobretodo de agilidad. La película comienza bien, promete, pero a medida que avanza la cinta, va decayendo, convirtiéndose en una historia excesivamente larga y con un final que parece que nunca va a llegar dándole una última vuelta de tuerca.

En cuanto a la fotografía, los paisajes son muy bellos, parajes de las islas británicas y el vestuario resulta ampliamente logrado, pero en cuando a los efectos especiales, deja bastante que desear, principalmente en la creación del dragón que canta a la legua su falsedad por su aspecto y por sus movimientos. Por cierto, el protagonista, conocido actor televisivo, no se puede decir que haga una gran interpretación.