Producida por la televisión italiana, podría pasar como un serial ofrecido en capítulos, pero reunidos en dos partes bien diferenciadas, de tres horas de duración cada una; que, sin embargo, se ven de un tirón, como esos buenos libros que te tragas en una noche, sin vencerte la tentación de cerrar los ojos. La primera parte es la crónica apretujada de una familia, agrupada en torno a una bondadosa matriarca, de los hijos que comienzan a volar por su cuenta, de los acontecimientos que sacuden a la Italia de los 60 a los 80 (una crónica menor, histórica), todo a buen ritmo. En la segunda parte el ritmo es más moderado, y los personajes van curtiéndose con las cicatrices que dejan separaciones y muertes, aunque la vida renace y sigue su curso natural, proporcionando las alegrías de nuevas incorporaciones familiares. Todo ello envuelto en hermosos paisajes de Italia y Noruega, en las deliciosas canciones mediterráneas y con un poco de la música de Bach. Película entrañable, nostágica, con excelentes intérpretes. Para deleitarse con calma.