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España España · Barcelona
Voto de Risard:
8
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2019
72 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los chicos no lloran, los chicos son fuertes, los chicos tienen que sostener, los chicos, los chicos... Joker es el chico que ríe en lugar de llorar, no es capaz de sostener el llanto, le enseñaron a forzarse a ser la risa encarnada, la alegría de los demás, sin permitirse ser la suya propia, un ser que no ha sido feliz en un sólo minuto de su vida. Terapia, trabajo y casa, es la vida de un desgraciado que entre medias recibe palizas por su extraña patología que lo fuerza a reír en momentos dramáticos y de tensión, que ensueña pequeñas alegrías, es tan desgraciado que no recibe ni una sola caricia de la vida.

Nos hallamos delante de un film emocionalmente gótico, como su ciudad, lugar donde abunda la desigualdad y la pena, un sentimiento que abunda en ricos y pobres, pues la felicidad real es la común, ardua tarea para el ser humano. La constante humillación ante la que nos encontramos en esta desesperada historia que pide sacrificio o revolución, nos agarra de las entrañas para revisarnos en nuestros prejuicios más ocultos, quien más quien menos, ha sentido cierto desprecio por algún inadaptado, por el motivo que sea. Como ser incomprendido, menos por cualquier persona de baja estatura, Arthur Fleck es el friki de la clase, la oveja negra, el sospechoso habitual, y como individuo extraño se extrapola a la rebelión de su opresiva sociedad, implosiona en un hermoso y poético caos, que bailará a la luz del fuego de la masacre y la destrucción. Cuando perdido ante su laberinto mental descubre una puerta donde hallará la herida y el misterio de su origen, haciéndole ver que fue herida sin cicatrizar, y que ahondará y se regocijará en el sufrimiento más intenso y mórbido que no sospechaba descubrir.

Si el humor es su delirio, es el humor más negro e incomprendido que sólo sus psicóticos aliados podrán asimilar y acompañar, en una necesaria sublevación, aunque las consecuencias demuestran que no es más que un dolor no curado, sino hurgado a lo largo de toda una vida. Su director hace clara alusión en su discurso televisivo a través de su marioneta (a la cual ama, y nos facilita amarla) su queja sobre la situación actual del humor, y su acoso y derribo por la continua ofensa de un gentío infantiloide sin sentido de autocrítica o parodia, que vomitan como cobardes en redes sociales, su necesidad de atención, el humor negro, es directamente vetado, y parecen ahondar en la imposición de un humor blanco que no sabemos cómo siquiera considerarlo humor, pero que algunos respetamos aunque no compartamos, situación que no se vive a la inversa. La censura ha vuelto, esta vez adelantando por la izquierda disfrazada no de payaso sino de progresismo. Si Joker es el destructor de lo políticamente correcto, tiene mi voto, aunque ello conlleve hacer arder una ciudad entera, no hay nada como el renacer del fuego. Joker no es más que el veneno que esta sociedad ha guardado en un pequeño frasco y dejado pudrirse sin mirarlo en el fondo del mueble, nadie lo ve, pero cuando algo sacude ese frasco y se destapa y empiezan a verlo, la cosa empieza a oler mal, muy mal. La cultura de la felicidad y el positivismo, que no permite hacernos sentir mal y sacar esa peste que todos llevamos dentro, esas necesarias fugas que descomprimen nuestra oscura esencia son las causantes de crear monstruos para luego vomitarles su odio, odio hacia sí mismos proyectados en el otro, y es que ya sabemos que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el propio.

Estamos frente a un film que cumple todas las expectativas con un Robert De Niro que homenajea a 'El Rey de la comedia' de Scorsese, en un Gotham muy New York de 'Taxi driver' con su psicópata personal, en un mundo pre-apocalíptico y siendo ambos jinetes abanderados del mejor de los desórdenes sociales, como desobediencia civil ante un ordenamiento social más que cuestionable y de un realismo épico, acompañado de una siniestra banda sonora a cargo de Hildur Guðnadóttir. Todd Phillips firma su primer drama y lo consolida como obra atemporal y magnánima que romperá corazones por un buen motivo, enamorarse de un Joker inmenso creado por un inmenso Joaquin Phoenix.


Para más críticasen instagram; @risard_egoteabsorbo
Risard
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