Haz click aquí para copiar la URL
Voto de AdolfoOrtega:
9
Drama Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
26 de febrero de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace poco emitieron en la 2 Barry Lyndon, y con esta emisión se renuevan nuestras esperanzas en una televisión de calidad, o, al menos, en un servicio público que reserva algunos de sus contenidos a espacios enriquecedores, a buen cine en este caso.
Stanley Kubrick, uno de los directores más laureados de todos los tiempos, lleva a la pantalla una historia que se desarrolla en Irlanda y Centroeuropa en pleno siglo XVIII, para relatarnos la progresiva conversión de un joven idealista, que no duda en batirse en duelo a muerte para defender un amor idílico, en un pragmático oficial sin escrúpulos. Sólo la valentía y el amor materno filial se atisban como rasgos inamovibles de su caracter. El resto de sus señas de identidad, de sus valores, se van moldeando conforme avanza su vida, adaptándose a su único objetivo, obsesivo, primero de escalar socialmente y de intentar mantener su posición después.
Pero ninguna sinopsis, al menos no la mía, está a la altura de uno sólo de los planos que nos regala el prestigioso cineasta. Kubrick rueda una película recurriendo a su búsqueda meticulosa de la perfección, desesperante por lo visto para todos los que trabajaban con él, pero que el resto de las personas con una mínima sensibilidad siempre le tendremos que agradecer. La dirección artística alcanza en esta cinta cotas difíciles de superar, e imposibles para mí de intentar describir. Y todo acompañado durante todo el metraje de una música que se cuela por nuesto oído hasta el fondo de nuestra alma para elevarla a no sé bien donde.
Ya espero con impaciencia, la próxima obra de arte que nos pueda ofrecer la tan criticada, casi siempre con razón, televisión.
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow