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Voto de AdolfoOrtega:
9
Comedia Brian nace en un pesebre de Belén el mismo día que Jesucristo. Un cúmulo de desgraciados y tronchantes equívocos le harán llevar una vida paralela a la del verdadero Hijo de Dios. Sus pocas luces y el ambiente de decadencia y caos absoluto en que se haya sumergida la Galilea de aquellos días, le harán vivir en manos de su madre, de una feminista revolucionaria y del mismísimo Poncio Pilatos, su propia versión del calvario. (FILMAFFINITY) [+]
8 de febrero de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cristiano, me dispuse a ver esta película superando el comprensible temor de poder sentirme durante su visionado herido en mis convicciones, cuando no ofendido por lo que pudiera ser una burla de mis valores y principios más firmes. Pero entendía que no podía ser peor que todos los bodrios que nos tragamos todos los días. siempre con el mismo tufo de anticlericarismo. De ahí mi sorpresa al encontrame con una auténtica obra de arte (esto no me sorprendió) que satiriza sobre aspectos mucho más intocables hoy día que la religión cristiana (con los musulmanes no hay huevos), como son los problemas inherentes a una democracia burocrática y lenta, la fácil postura de quien lanza proclamas revolucionarias apalancado en el sillón, o la imbecilidad inherente a la masa, cuando perdemos nuestra dignidad como individuos. Pero, sin olvidar que es una película satírica que no deja títere con cabeza, no se trata de una película irreverente.
Cuando los celotes discuten sobre si actuar o no actuar, y mientras votan o no votan dejan al pobre Brian camino a la cruxificción, veo a los miembros del consejo de seguridad de la ONU en la mesa redonda con sus botellitas de agua mineral hablando sobre Irán.
¿Y no es precisamente el jefe de los celotes, puño en alto, como algún que otro líder que yo me sé?
La gente que sin escuchar y sin reflexionar se convierte en una masa homogénea, y se deja arrastrar por las consignas del que habla más fuerte, o más claro, o en primer lugar, sin ni siquiera atender a la verdad, se parece mucho a nosotros.
Los Monty Phiton, con mucho arte, arramplan con todo. Y lo hacen recurriendo a un humor fino e inteligente. A quien respetan totalmente, es al propio Jesucristo, cuya vida y obra se atisba paralelamente a la de Brian. Los autores se burlan precisamente de los que, teniendo tan cerca La Verdad, no somos capaces de verla, y, en ese aspecto, la película me parece una oda al verdadero cristianiamo. Y además, y sobre todo, es una pechá reir.
AdolfoOrtega
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