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Voto de AdolfoOrtega:
9
Aventuras. Acción. Drama Espartaco era un esclavo tracio que fue vendido como gladiador a Léntulo Batiato. En Italia promovió y dirigió la rebelión de los esclavos (73-71 a.C.) contra la República romana. A medida que recorrían el país, innumerables esclavos se iban sumando a la rebelión. Espartaco intentará llegar con su ejército al sur de Italia para poner rumbo a sus hogares. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es Stanley Kubrick, bajo la producción de un Kirk Douglas que también interpreta al gladiador revolucionario, quien nos acerca la historia de Espartaco. Y, aunque a mí personalmente me cuesta reconocer la impronta del autor de El Resplandor, no cabe duda de que el realizador estadounidense nos vuelve a dar una lección de como se hace buen cine.

Kubrick nos presenta una visión idílica de la conocida como rebelión de los esclavos, que tuvo lugar en la península itálica en la primera mitad del siglo I a.C. Esta visión idealista nos aleja de lo que sería un estudio objetivo de la figura histórica, para acometer un ensayo, mucho más interesante que una simple biopic, de la capacidad humana de lucha por recuperar la libertad. Espartaco es una película alegórica que se apoya en la vida del esclavo tracio para enseñarnos de una manera amena como se forja y se desarrolla un proceso revolucionario.
Aquí aparece el acontecimiento otras veces irrelevante, pero que en un momento determinado desencadena la rebelión. La gota que colma el vaso. La carne podrida del acorazado Potenkim. También se nos muestran los valores de un líder, su compromiso total con la causa que abandera más allá de intereses personales, su orataria apasionada. También captaremos la importancia de la cultura como amalgama que une a la masa, combatiendo la desmotivación personal. La fuerza que da al luchador el saber que no hay nada que perder frente a un rival acomodado. Y la risa, como manifestación suprema de la dignidad humana. Kubrick enlaza, entre muchos otros, estos elementos en un entretenido relato, que culmina con un final digno de un genio, en el que nos presenta definitivamente su conclusión, de un optimismo triste: El triunfo de la Justicia no será fácil, costará generaciones. Pero la semilla sembrada por los valientes que no se resignan a vivir sin dignidad, germinará finalmente entre las zarzas de una sociedad, corrupta, egoista y viciosa. Tan acomodada en sus efímeros placeres, que está ciega ante el sentimiento de odio que se va forjando en sus congéneres.

La Historia nos ha enseñado que las cosas no son tan sencillas, y que, por desgracia, los revolucionarios no son tan abnegados. Pero la visión de Kubrick es hermosa.
AdolfoOrtega
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