Me está costando la misma vida terminarla. Escribo esta crítica sólo ante la sorpresa que me produce ver la alabanza general, pero no me voy a explayar. Los argumentos se alargan como un chicle, la trama es predecible, la presentación de la situación política y de la policia superficial y estereotípica, y la labor de los actores desigual. El mejor es un personaje que desaparece después del episodio 3 (el chico rubio que hace de hijo gay del potentado).Pero si es que ni el sevillano, que lo es, suena real!!

Creo que en general es más culpa del guión y la dirección que de los actores, pero resulta imposible empatizar con personajes tan insustanciales y, una vez más, estereotípicos. Mención especial (negativa) para el personaje principal, lo siento, pero no tiene carisma ninguno. Parece una serie hecha para adolescentes, supera por muy poco la categoría del culebrón. Sin ninguna acritud.