Entretenida, con muchos momentos divertidos, aunando comedia y suspense, algo que suele casar mal.
Con una enorme Rod Steiger, un actor de multiples rostros.
( Para mí, hubiera sido un solvente Corleone, en el papel de padrino)
Lee Remick, magnífica y destilando una belleza magnética, estaba en todo su esplendor, había protagonizado hacia unos años, la que considero su más lograda interpretación, en su creación de esposa alcohólica en "días de vino y rosas", uno de los más lucidos en el tema del alcoholismo que se han filmado jamás.
George Segal, está resultón en su papel de tímido policía, con una madre pesadísima y cargante.
Papel que crea con suma calidad de matices, Eileen Heckart.
También unas cuantas damas maduras crean papeles muy empáticos con el espectador.
Abusa un poco de las llamaditas del asesino al policía aunque al final, resuelve la historia de un modo teatral aunque efectivo.
La fotografía en tecnicolor es una verdadera delicia con sus cromatismos y gamas de colores.
Es una muestra de cine sesentero de calidad, con solidas interpretaciones que sustentan el andamiaje de este híbrido que se ve con agrado tantos años después.