Muchos viajes a través de fragmentos en multitud de lugares, tan dispares como Sarajevo, Uganda, Kabul, Bosnia, New York, Austin, Nigeria, Ruanda, Filadelfia y muchos sitios más.
Los pasajes son una impresionista manera de colocarte en un lugar nuevo, e implicarte de algún modo con esas vivencias y circunstancias, que nada tienen que ver contigo y de las que quizás no has oído nombrar jamás.
Consigue una empatía casi mágica, en muchos momentos.

En apariencia casi todo es inconexo, pero ahí radica lo sugestivo de los bocetos de vida que nos transmite.
Me impresionó sobre manera, los momentos del parto y después sobre todo, con la naturalidad que tratan una nueva vida humana, que le falta oxígeno y que no saben si llegará.
La comadrona, la desenvoltura y desenfado, con qué se desenvuelve, me impactó.
Y también los pocos y precarios medios que tienen y cómo se las arreglan, en Kano, Nigeria.
Con que sencillez y concreción está filmada toda la escena.

Como dije, son pequeños viajes a lugares y sucesos que desbordan vida, emociones, dolor, alegría, escepticismo y un sin fin de sensaciones, con una vocación humana irresistible.