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España España · Xanadú
Voto de Orson_:
8
Drama. Ciencia ficción. Romance Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", que también fue llevada al cine (James Ivory, 1993). Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se acercan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que tuve conocimiento de esta peli ya me imaginaba que había que buscarle un momento especial de calma para empaparse al verla. Después de hacerlo, todavía estoy dándole vueltas a la historia, es de las que, a poco que logres sentir cierta afinidad, se te filtra por la piel y acaba goteando en tu alma.

Es una mezcla de géneros extraña que cuenta una historia deshumanizada y de una frialdad práctica que congela el ánimo, pero narrada con el estilo de las historias románticas de toda la vida, con aroma a Dickens incluido en la infancia de los niños en el orfanato. Esa contradicción es lo que turba y nos hace vulnerables frente a ella, porque lo que percibimos con los sentidos choca frontalmente con las conclusiones que se vislumbran en la mente, de las que renegamos sin querer dar crédito, acentuando nuestra desprotección ante los acontecimientos que siguen discurriendo inexorablemente frente a nuestros ojos.
La gran fuerza de esta película no reside en su historia de amor, celos, redención y amistad, sino que todo eso junto transcurre con una aceptación tan natural y digna ante un destino atroz que nos hace percibir cada gesto y palabra de forma intensa y dolorosa. Alcanza una dimensión ética, con la medicina como pretexto, que a mí por le menos me ha pasado por encima y me ha barrido.
Es un hermosísimo poema desolador que nos arrasa mientras no podemos dejar de admirar su belleza.

La candidez del personaje de Carey Mulligan brilla por encima del resto y nos aproxima a sus sentimientos (magnífica la similitud entre la niña y la adulta).
Cuando la antigua directora del centro les dice que “la galería no era para estudiar sus almas, sino para ver si realmente tenían alma”, que no le quepa duda a esa maldita bruja que Katty H tenía un alma que no le cabía en el pecho… y eso es gracia a Carey Mulligan.

Me he vuelto a ver la última escena varias veces, se me han quedado las palabras resonando por la mente, y he puesto los títulos finales una y otra vez escuchando la maravillosa música de Rachel Portman a base de violines, recordando escenas que han tomado entonces un significado doloroso: la tutora observándolos siempre con tristeza, los transportistas distantes y descolocados ante la alegría de los niños por la llegada de los regalos, las historias aterradoras para que no cruzaran la valla del colegio, la desagradable mueca de la profesora de arte cuando se cruzaba con los niños…

“No estoy segura de que nuestras vidas hayan sido tan distintas de las vidas de los que salvamos. Quizá ninguno de nosotros comprenda lo que ha vivido o sienta que haya tenido tiempo suficiente.” Pobres criaturas.
Orson_
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