Admirable comedia en la que Bogdanovich vuelve a acercarse al espíritu enloquecido de Qué me pasa doctor? (cercano a la screwball comedy), y al igual que en esta lo hace con unos magistrales resultados.

Puro cine, pura diversión, pura comedia. El ensayo de una obra de teatro el día antes de su estreno (toda la acción va a transcurrir en la película durante el primer acto, excepto la bajada de telón final) y dos de sus representaciones "más sonadas", sirven (al autor de la obra en la que está basada y) a Bogdanovich para mostrarnos cómo no siempre nos podemos ajustar al guión y a veces se improvisa.

Los actores, dirigidos por el maravilloso (una vez más, y se perdió la cuenta) Michael Caine, traspasan sus problemas sentimentales al otro lado del telón (el del público), lo que sirve para ir arruinando alguna que otra representación y, sobre todo, para que el otro espectador, el de la película, disfrute con una comedia "de esas de las que ya no se hacen".

Demos gracias a la tecnología (¿si no se la tendríamos que dar a los reestrenos?) por poder combatir la tristeza con películas como Noises Off (la traducción del título lo peor de la cinta, desde luego).