Celebrity no es una de las mejores películas de Woody Allen, desde luego. Sin embargo, creo que está infravalorada, en absoluto la considero una película floja (ya quisiera Aranda, por ejemplo, o Columbus).

Puede ser porque no aparece el director en un papel que lo pide a gritos, aunque él mismo declaró que no podía interpretar a un tipo de 40 años. Puede ser porque su "sustituto" es Kenneth Branagh, quien había dejado de ser el joven que adaptaba a Shakespeare (el sucesor de Olivier se le llamaba, ni más ni menos) para convertirse en el gilipollas que había parido Frankestein. Y eso que todavía no se había estrenado aquello de Wild Wild West (todo ello contribuyó a que su genial adaptación de Hamlet pasara casi inadvertida). Al final vamos a acabar reconociendo que Allen es un buen actor.

Celebrity tiene un punto de partida clásico en su autor: un hombre que a sus 40 tacos no se siente lleno en la vida. Divorciado, con diversas relaciones que acaban en nada duradero, escribe artículos y realiza entrevistas a personalidades célebres mientras que duda en acabar una novela tras haber presentado otras que fueron vapuleadas por la crítica.

La película nos narra parte de esas relaciones / fracasos y los avatares (con el mismo éxito) de su práctica literaria. Paralelamente, se nos presenta el devenir de su mujer: el éxito parece apoderarse de ella en todos los sentidos, aunque se aleje de los que eran sus principios.

Este argumento sirve a Allen para realizar una crítica (algo débil, podría haber sido mucho más ácido) del mundo de esas celebridades: estrellas de televisión, actrices, modelos o cantantes. Entre estos, destacar a un gran DiCaprio, una extraordinaria Melanie Griffith y una brutal (en el plano interpretativo y, sobre todo, morboso) Charlize Theron. También Donald Trump como Dios, digo, como él mismo.

La película, desde luego, cuenta con escenas fantásticas y las habituales frases desternillantes, como aquella en la que una vidente aconseja a Judy Davis asistir al psiquiatra o un productor avisando de que su próxima obra será un musical sobre el KKK con un reparto absolutamente negro. Pero, ante todo, las pautas para saber cuando una relación ha llegado a su final. Tras una discusión por celos, Nola (fantástica Winona Ryder) y Lee Simon (Branagh) mantienen esta conversación:

LS: ¿Qué quieres para cenar esta noche?
Nola: Spaghetti
LS: ¿Sabes? Iba a pedir que te casaras conmigo
Nola: No, penne. Con marinara.