Después de ver la primera que, pese a tener algunas lagunas, planteaba cosas bastante interesantes y novedosas al género (como el híbrido entre vampiros y hombres lobo o que los Vampiros Jefe se vayan “conservando” y relevando a lo largo e los tiempos), así como viendo el final de ésta, pensaba ciertamente que su secuela podría estar muy bien. Había material suficiente para hacer algo potente, pero me llevé una decepción, como me ha pasado con otras secuelas, cuyo ejemplo más sangrante es Blade 3, de la cual no me quiero ni acordar. Hemos llegado a un punto que se hacen películas por el simple hecho de hacerlas. Pongo este vampiro por aquí, este licántropo por allá, le añadimos 4 efectos especiales, sacamos a Kate Beckinsale bien guapa con su traje de cuero ajustadito y hale, a ver si nos sacamos un dinerillo. Es triste, pero es la impresión que me dio. Hay escenas y momentos que son realmente infumables, como la que Marcus, unos de los vampiros jefe y consecuentemente más poderoso, persigue a Selene y Michael que van montados en un camión y es incapaz de pararles los pies, dando patéticos revoloteos y estampándose contra toda pared o árbol que se le ponía por delante, mostrando una ineptitud de chiste.
En fin, pudo ser algo realmente guapo, pero las prisas por sacar un producto de éxito al mercado y querer hacer la peli como el que hace churros lo convirte en una medianía más. Una pena