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España España · madrid
Voto de elías:
7
Aventuras. Drama Argelia, 1954. En medio del duro invierno, Daru (Viggo Mortensen), un profesor francés, acepta de mala gana escoltar a Mohamed (Reda Kateb), un hombre acusado de asesinato, a través de las montañas Atlas para que se enfrente a juicio. Perseguidos por hombres que reclaman la ley de la sangre y por colonos revanchistas, los dos hombres se rebelan. Juntos lucharán para recuperar la libertad. (FILMAFFINITY)
3 de octubre de 2015
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la Argelia colonial, un solitario maestro de escuela se ve obligado a encargarse de un campesino acusado de un sangriento homicidio. Durante el trayecto hacia la ciudad en la que el reo será juzgado, los dos sujetos se tendrán que situar, entre condiciones de lo más adversas, ante ciertos dilemas personales con los que ninguno había contado. La narración es sobria. Para la concepción de su segundo largometraje como director, el francés David Oelhoffen prefiere que el corazón de su cuento tome más presencia que el aspecto que pueda lucir la fachada en última instancia. Debido a la buena disposición de su autor y al manejo adecuado de las herramientas, esta contenida adaptación de un relato breve de Albert Camus toma finalmente la forma de un prudente y tranquilo triunfo.

Dos sigilosos perdedores se desplazan con cuidado dentro de las escenas de “Lejos de los hombres”. A lo largo de un escenario que parece infinito, cruzan las palabras justas a la hora de sortear las dificultades de su triste aventura. El aislamiento que comparten se vuelve desolador al verse ubicados en un entorno tan duro. Sin la necesidad de dar demasiados rodeos, los sugerentes paisajes nos conducen, durante varios fragmentos pero de un modo honesto, al aroma inconfundible que desprendían muchas películas de indios y vaqueros de las de factura clásica. Pese a que a parte de la audiencia le vaya a invadir un recuerdo que parecerá a día de hoy conectado a un pasado enterrado, aquí se recurre a una aproximación al género a la que no estamos tan acostumbrados. Sus ideas quedan siempre a buen recaudo y el asunto permanece muy apartado de los kilos de dinamita que han esparcido recientemente ciertos westerns contemporáneos más evidentes como, por ejemplo, puedan ser “Django desencadenado” o el romántico “Slow West”. Este trabajo parece mucho más interesado en mostrar su esencia humanista que en innovar o llamar la atención mediante maniobras vistosas. Con una fuerza mayor que la de cualquier otro de los conceptos que el film pretende transmitir, la bondad de la figura del protagonista se impone con maneras solemnes. Para llegar hasta el objetivo señalado, entrará en juego un Viggo Mortensen francamente esmerado que avanzará todo el tiempo con la naturalidad al otro lado de su punto de mira.

Quizá, de cara a las conclusiones finales, la película se balancee demasiado hacia los gustos de los cinéfilos más conservadores. Puede que sea ahí donde se disperse parte de su atractivo como creación artística, pero esta pequeña y tradicional apuesta también es la que hace que la obra se distinga por su personalidad especial. Y, en cualquier caso, la nobleza que subyace en las intenciones del autor consigue que salga a flote lo importante. Al fin y al cabo, es la propia austeridad que nos ha arropado en los momentos más complicados, y desde el principio de la historia, la que logrará que en el desenlace los mejores sentimientos se mezan con autenticidad.
elías
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