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Voto de Soñador compulsivo:
8
Intriga. Drama Durante un viaje en el legendario tren Orient Express, el detective belga Hercules Poirot investiga un asesinato cometido en el trayecto, y a resultas del cual todos los pasajeros del tren son sospechosos del mismo. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2017
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando me encuentro con un ejercicio impoluto de interpretaciones, guión, alegorías tan conscientes, un cuento enmarcado en el alma humana con la saña y la compasión de la que sólo son capaces las mentes inquietas, me pregunto, ¿qué es lo que corre por la cabeza del que juzga con altivez una película, una obra, la que sea?, ¿qué es lo que su expectativa, su sospecha, su duda le dice que debió haber sido, que no fue, o que fue por equivocación?

Branagh crea un espacio vivo de seres, que se agitan para encajar en un cuento extraño, rodeado de hielo, pero empaquetado en la calidez, en la caricatura más consciente, sin que ello signifique que el coro de personajes pierda por un momento su contradicción, sus texturas, su complejidad perfectamente enmarcada en los límites teatrales de quien domina matices difíciles de verbalizar. Rodado con genio, con belleza, su cerebro (el de Branagh) se mueve con agilidad por el pasado para crear algo que suena y se saborea como cine moderno, sin romper, sin buscar (porque no lo pretende) nada parecido al hiperrealismo (irrazonable si se quería respetar el código artificioso del clásico), pero sin sacrificar nunca las notas que revelan la comprensión compleja y profunda de la psicología de todo este recital de personajes. Un artificio tan consciente, que remarcarlo como error, solo puede poner en evidencia al que juzga. Una palabra, la de error, que habla antes de una racionalización a posteriori, que de cualquier secreto sobre la naturaleza de una narración; ni su supuesta ausencia es lo que hace funcionar al engranaje, ni su supuesta presencia lo que lo perjudica. La realidad, como suele ocurrir, es mucho más compleja que una resta de aciertos menos errores.

No veo razón para obviar la belleza plástica de una película como "Asesinato en el Orientes Express". No veo razón para obviar su montaje rítmico, su fuerza, sus momentos de elegante crudeza, en los que Branagh mira a través del tiempo, permitiéndose remarcar la oscuridad sin necesidad de restregarla. Qué fácil es a posteriori especular con supuestos, pero que difícil habrá sido que un cine como este, con tanto buen gusto, equilibrio, ritmo, corazón y niebla, aparezca entre las ruinas del edificio que se despide o quien sabe, se reinventa, en tiempos de capítulos y cliffhangers infinitos. Qué bien dirige a la orquesta Branagh; que inquietante y convincente con muy poco Depp, tierno Dafoe, magnífico diálogo de sutilezas en la contenida Dench, que bien defendida en un espacio de tantos recovecos y artificios Pfeiffer, y nuestra española recatada, justa y medida. Qué fácil habría sido caer en el más absoluto de los ridículos, y que lejos queda "Asesinato en el Orientes Express" del abismo de los excesos. Qué fácil subestimar al buen relojero y a su talento secreto, bien disimulado en la pura funcionalidad.
Soñador compulsivo
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