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Voto de MarshallMancini:
5
5,4
4.763
Terror
Frank, el dueño de una tienda de maniquíes, es un hombre solitario y, a primera vista, inofensivo. Sin embargo, hay algo profundamente turbador en su mirada, que refleja un oscuro y siniestro secreto que resurgirá tras su encuentro con Anna, una joven artista que acude a él en busca de ayuda para una exposición. Alexandre Aja y Gregory Levasseur son los guionistas de este remake del clásico de culto de William Lustig. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película, como casi todas, tiene su lado positivo y su lado negativo. Pero en este caso podemos encontrar fallos garrafales y verdaderas genialidades.
Destacar el papel de Elijah Wood que, aunque similar al que ya hizo en Sin City (salvando las distancias), nos demuestra que sirve para hacer de hobbit bonachón tanto como para hacer de perturbado asesino.
Destacar el papel de Elijah Wood que, aunque similar al que ya hizo en Sin City (salvando las distancias), nos demuestra que sirve para hacer de hobbit bonachón tanto como para hacer de perturbado asesino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Procedamos ahora a mencionar algunos de los fallos de la película, casi todos caídas en clichés que, pese a ser un remake, podrían haber sido evitados:
-Él, que trabaja restaurando antigüedades, lo hace en un taller atestado de partes de maniquíes, laberíntico y muy mal iluminado. Todo por darle un aspecto tétrico a todo lo que hace.
-Cuando persigue a la gimnasta, ella corre por el metro y la calle gritando. No hay nadie y nadie le ayuda. Pero ella, en pleno siglo XXI, no tiene móvil, cuando en la película posee uno todo el mundo. Pero claro, igual con móvil, llama a la policía y no puede matarla. Así que se mete en un parking que se puede cerrar con una valla.
-Durante toda la película mata a sus víctimas tocándoles por todas partes sin guantes, ni protección, ensañándose, y la policía es incapaz de descubrirle por sus huellas.
-Al final de la película, los SWAT aparecen en su casa cuando en ningún momento ha habido alguien que avisara la policía o, incluso, supiera lo que hacía y donde vivía. Al menos nadie que viviera para contarlo.
-Y no mencionaremos los "efectos especiales" que, en un remake, deberían ser mejores, pero que nos dejan perlas como el cuchillo en la boca o los "cortes de pelo".
Por otro lado, en la parte buena:
-El recurso de la cámara en primera persona (muy utilizado para crear conexión entre personaje y espectador) unido a la calidad de una grabación actual, potencia el efecto deseado. Aunque es una lástima esos recursos tan manidos como la visión borrosa y los tambaleos, para tratar de darle un aspecto más perturbador al personaje y explicado pobremente con unas migrañas.
-A simple vista puede parecer que su locura asesina y su trauma infantil con la madre no tienen relación, pero si sabes leer la película, encuentras una genialidad metafórica.
La única escena en la que sale interactuando con su madre de forma cariñosa y sin que ella esté follando delante de él o drogándose, es cuando él le cepilla el pelo y ella le dice que "el pelo es lo único que se queda para siempre". El resto del tiempo su madre no está, su madre se ha ido. No ha tenido madre en su infancia y cuando crece ya no está porque ha muerto, así que él es un niño que recuerda a su madre, encogido en el interior de un cuerpo adulto.
Mata a las mujeres y les roba su pelo para que alguien se quede con él para siempre, para que no le abandonen.
Él se enamora de Ana y quiere que ella no le abandone nunca, no quiere matarla, pero es su pasado más reciente (los asesinatos) los que provocan que tenga que matarla si quiere que no se vaya también.
Por eso, tras " casarse" con ella, las víctimas anteriores le acosan con aquello que pueden separarle de Ana.
Por eso "se la roban" y por eso "le matan", porque por conseguir que alguien no huyera de su vida, tuvo que matar a la única persona que lo hubiera hecho por voluntad propia.
De ahí que, cuando llegan los SWAT, se encuentren al maniquí que le representa de niño. Sus víctimas le arrancan piernas, brazos y piel y, debajo, sólo queda el niño que ha sido siempre.
El niño que no tuvo madre.
-Él, que trabaja restaurando antigüedades, lo hace en un taller atestado de partes de maniquíes, laberíntico y muy mal iluminado. Todo por darle un aspecto tétrico a todo lo que hace.
-Cuando persigue a la gimnasta, ella corre por el metro y la calle gritando. No hay nadie y nadie le ayuda. Pero ella, en pleno siglo XXI, no tiene móvil, cuando en la película posee uno todo el mundo. Pero claro, igual con móvil, llama a la policía y no puede matarla. Así que se mete en un parking que se puede cerrar con una valla.
-Durante toda la película mata a sus víctimas tocándoles por todas partes sin guantes, ni protección, ensañándose, y la policía es incapaz de descubrirle por sus huellas.
-Al final de la película, los SWAT aparecen en su casa cuando en ningún momento ha habido alguien que avisara la policía o, incluso, supiera lo que hacía y donde vivía. Al menos nadie que viviera para contarlo.
-Y no mencionaremos los "efectos especiales" que, en un remake, deberían ser mejores, pero que nos dejan perlas como el cuchillo en la boca o los "cortes de pelo".
Por otro lado, en la parte buena:
-El recurso de la cámara en primera persona (muy utilizado para crear conexión entre personaje y espectador) unido a la calidad de una grabación actual, potencia el efecto deseado. Aunque es una lástima esos recursos tan manidos como la visión borrosa y los tambaleos, para tratar de darle un aspecto más perturbador al personaje y explicado pobremente con unas migrañas.
-A simple vista puede parecer que su locura asesina y su trauma infantil con la madre no tienen relación, pero si sabes leer la película, encuentras una genialidad metafórica.
La única escena en la que sale interactuando con su madre de forma cariñosa y sin que ella esté follando delante de él o drogándose, es cuando él le cepilla el pelo y ella le dice que "el pelo es lo único que se queda para siempre". El resto del tiempo su madre no está, su madre se ha ido. No ha tenido madre en su infancia y cuando crece ya no está porque ha muerto, así que él es un niño que recuerda a su madre, encogido en el interior de un cuerpo adulto.
Mata a las mujeres y les roba su pelo para que alguien se quede con él para siempre, para que no le abandonen.
Él se enamora de Ana y quiere que ella no le abandone nunca, no quiere matarla, pero es su pasado más reciente (los asesinatos) los que provocan que tenga que matarla si quiere que no se vaya también.
Por eso, tras " casarse" con ella, las víctimas anteriores le acosan con aquello que pueden separarle de Ana.
Por eso "se la roban" y por eso "le matan", porque por conseguir que alguien no huyera de su vida, tuvo que matar a la única persona que lo hubiera hecho por voluntad propia.
De ahí que, cuando llegan los SWAT, se encuentren al maniquí que le representa de niño. Sus víctimas le arrancan piernas, brazos y piel y, debajo, sólo queda el niño que ha sido siempre.
El niño que no tuvo madre.