Cines Comedia de Barcelona, diez de la noche, voy con mi amigo “Nasghul” a ver “Los Mercenarios”.

Miro para ver la sala y sonrío al no ver ni un quinceañero en la sala, sólo gente madura, curtida y ávida de cine acción ochentera oyendo conversaciones preliminares al film: "sí "Doplh", el de "Soldado Universal", o "Masters del Universo"..... por otra lado: "a mi me falta en la peli Chuck Norris...."

La película de verdad empieza con una frase típica de “Dolph Lundgren”, que conlleva a una escena inesperada de la cual te sorprendes y te dices, sí a esto he venido (hoy no toca pensar con “Bergman” hoy toca acción) .

Stallone no engaña con el producto que ofrece: acción ochentera con muchas armas, disparos, peleas con estrellas actuales (“Jet Li”, “Jason S.”), viejas glorias (el propio “Stallone”, “Rourke”, “Dolph”) pero sin casi efectos especiales ni digitales.

Los protagonistas estan minimamente definidos, pero ya los conocemos e incluso se atreven a realizar chistes propios (altura de Li, “L’Oreal” Statham).

Pero lo mejor de la película sucede en una iglesia. De repente se unen en pantalla “John Mclane”, “Conan” (o Terminator) y Rambo (o Rocky) y el tiempo se detiene. Pocas veces se podrán reunir en una película la triada capitolina de los grandes héroes de acción de los 80 y 90’s. Sólo por eso la película ya vale su peso en oro y si además se le suma una mínima pero divertida, irónica y “tarantiniana” conversación ya salí contento de la película.

El guión ya se sabe lo justo y suficiente pero hay días que apetece ver una de acción y lo que se le pide lo da de sobra.