Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de JC KNY:
8
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
28 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy de los que esperan ver algo similar a "Pulp Fiction" cada vez que Quentin Tarantino estrena una nueva película y se sienten decepcionados al comprobar que no es así. Con todas sus reformulaciones a determinados géneros cinematográficos, homenajes y detalles prestados, cada una de las películas que ha estrenado Tarantino me parecen excelentes.

"Django desencadenado" parece ser el definitivo homenaje de Tarantino al "Spaguetti Western", ya no como guiño o referencia puntual en un filme, sino como un filme en sí mismo. Sin embargo, resultan en realidad mucho más "Spaguetti Western" las dos entregas de "Kill Bill” -por citar algún ejemplo de su filmografía-, enmarcadas en el cine de artes marciales pero con un esquema argumental propio del género italiano. Si en el díptico protagonizado por Uma Thurman el móvil y detonante de la trama es la venganza por una hija -en teoría- perdida, en "Django desencadenado" la venganza adquiere unos matices más complejos. Se trata aquí de un hombre liberado que decide rescatar a su amor y en su acto, se alzará contra sus opresores.

Desde "Malditos bastardos", Tarantino ya no necesita poner a sus personajes a hablar de cosas chocantes u originales como: interpretaciones de canciones de Madonna, masajes eróticos en los pies o la eficacia de la ametralladora AK-47. Como en su anterior filme, se aprecia en "Django desencadenado" una notable fluidez en los diálogos. Los personajes hablan ya de cualquier cosa sin que resulte irrelevante ni forzado por más que su estilo en la mayor parte de casos sea retórico (en especial el Dr. Schultz, interpretado por Christoph Waltz con su habitual genialidad).

Del mismo modo, en el film que nos ocupa Tarantino ya no necesita dividir la trama en capítulos, recurrir a alteraciones cronológicas ni tampoco hacer avanzar la acción a base de dilatadas secuencias de diálogo que concluyen de forma explosiva e inesperada. Sin renunciar igualmente a largas escenas dialogadas, en "Django desencadenado" hay una soltura narrativa superior a la de "Malditos bastardos" y un excelente sentido del ritmo. Resulta muy destacable que una película de su duración no se haga lenta en ningún momento.

Otro aspecto realmente destacable es el tratamiento de la violencia. Si bien -más allá de su habitual cinismo- Tarantino filma instantes de insólita belleza en algunos asesinatos (el plano de las flores de algodón manchadas de sangre, la muerte del personaje de Don Johnson), sorprende que decida ser riguroso y no mostrarnos ciertos momentos de crueldad para con los esclavos negros. Las escenas en torno a la entrada de Django y su aliado el Dr. Schultz a la plantación del negrero Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) destacan notablemente por su tensión. Tarantino sabe qué mostrar y qué no y cómo acentuar la impotencia e indignación de Django con sendos primeros planos a un acertado Jamie Foxx.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, que indican una evolución ascendente del estilo de Quentin Tarantino, es una lástima que en un su tramo final "Django desencadenado" pierda algo de fuelle con una cierta tendencia al exceso autocomplaciente por parte del director. Tarantino opta por escenas de tiroteos poco originales (viniendo de quién rodó maravillas como el enfrentamiento entre Uma Thurman y "El ejército de los 88 maníacos") y con un humor negro pasado de rosca. El clímax final, a diferencia de la apoteosis de "Malditos bastardos", no resulta tan emocionante, como si ya todas las cartas estuvieran jugadas.

Creo que el siempre polémico Quentin podría dirigir una obra maestra como "El padrino". Ya nos ha dado buenas pistas de ello a lo largo de todas sus películas y quizá sea "Django desencadenado" la que esté más cerca de conseguirlo. Pero parece que Tarantino aún no se atreve a dosificar del todo las dosis de violencia cómica delirante ni el narcisismo de sus personajes protagonistas. Teniendo en cuenta la gravedad que sabe imprimir a ciertas escenas de "Django desencadenado", el gusto por el exceso del director chirría aquí más que antes. Aunque "Django..." funciona muy bien la mayor parte del metraje, y eso no es decir poco en un film de 167 minutos.

Quizá la próxima vez podremos decir que Tarantino ha hecho una obra maestra. Eso es lo que espero.
JC KNY
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow