“Deliverance” es una de las mejores películas de los años 70 y permanece en el recuerdo para siempre. Disfrutar de esta película de noche, en silencio y sin interrupciones puede ser una de las experiencias mas desasosegantes que se pueden sufrir con el cine. Boorman te arrastra con suavidad, te cautiva con su pulso narrativo (el ritmo es absolutamente perfecto), te seduce con la belleza del paisaje y la armonía del río, sin ruido, sin música, solo con los sonidos del agua discurriendo y el piar de los pájaros; y de golpe, cuando estas dentro (y a pesar de que ya te venia avisando) te coge de las solapas y te sodomiza (literalmente). El terror que le sigue lo sientes en carne propia, no puedes despegar los ojos, te revuelves, sudas, hasta que todo se va calmando y se acaba. Entonces si no estas literalmente demolido es que no tienes alma…..¿no es esto buen cine, de verdad, con mayúsculas?.

El año de “El Padrino” y “Cabaret” Boorman se presentó con esta joya imperecedera, que sigue provocando sensaciones de ahogo por muchas veces que la veas, donde no sobra ni falta un solo plano. Solo en los años 70 se podría haber rodado una cosa tan bien mezclada, donde lo hermoso y lo sádico combinan en un equilibrio perfecto, donde todo cierra a la perfección, donde puedes extraer una lectura distinta con cada nuevo visionado. Y es que la película funciona a todos los niveles: como cine de aventuras, de personajes, de denuncia de la sociedad, de terror psicológico, de lucha hombre contra naturaleza…