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Voto de ESPILBERDO:
5
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Aventuras Cuando Tony Stark intenta reactivar un programa caído en desuso cuyo objetivo es mantener la paz, las cosas empiezan a torcerse y los héroes más poderosos de la Tierra, incluyendo a Iron Man, Capitán América, Thor, El Increíble Hulk, Viuda Negra y Ojo de Halcón, tendrán que afrontar la prueba definitiva cuando el destino del planeta se ponga en juego. Cuando el villano Ultrón emerge, le corresponderá a Los Vengadores detener sus ... [+]
18 de mayo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sigo pensando que el actual subgénero de superhéroes, sus bases, su estructura, su forma de entender la acción y perfilar su trama descansan aún en aquel Superman, de Richard Donner. La manera de conjugar los episodios de la naturaleza extraordinaria del protagonista con los de su carácter humano adquirido (y sus consecuentes dilemas morales) que posee el clásico aún no han sido reinventados, ni siquiera por el magnífico Caballero Oscuro de Nolan, donde la tenebrosidad de sus ideas o el realismo político de sus argumentos resultaban tan densos que en ocasiones no lograban extraer con eficacia el disfrute innato que poseen las páginas de un cómic. Rememoro esa producción del 78 porque desde entonces no ha habido ninguna película de Marvel o DC capaz de transmitir con tal maestría esos valores, hasta que me topé con la primera parte de Los vengadores.

Quizá fuera el júbilo coral que provoca el hecho de ver a varios de tus personajes favoritos juntos en una misma aventura, pero al mismo tiempo el anterior trabajo de Whedon tenía sustancia, carisma, y milagrosamente cohesionó las características dispares de todos sus elementos y su reparto con armonía, y sin decepcionar ni en el terreno emotivo ni en el, digamos, explosivo. Era una película de superhéroes pura en cuerpos y esencia.¡Y menudos cuerpos! Perfeccionados y modelados en sus aristas como mandan los cánones proteínicos actuales. De ese modo es evidente que el primer Vengadores ofrecía disfrute a varios niveles. Y en esta segunda parte Whedon parece haberse dejado llevar por esa mecánica propia de las secuelas, que permite la relajación intelectual una vez que el camino de los cromas y los tiros y los músculos y las acrobacias ya han sido marcados.

Era de esperar. Sin embargo es una película que descansa en los hombros de un villano interesante, mucho más que otros a los que hayan tenido que enfrentarse nuestros héroes antes. Un ente virtual que adquiere raciocinio propio y que amparándose en la teoría del caos desea destruir a sus creadores. Pero se ve obligado a materializarse en un cuerpo metálico que, una vez detectadas sus deficiencias, busca fusionar con materia viva para alcanzar la perfección. La trama del film ronda todo el tiempo esta filosofía del equilibrio y el desorden, no sólo a un nivel universal sino también individual. Tony Stark no está seguro de que la Tierra esté a salvo sin el apoyo de una logística artificial. Bruce Banner apoya esa teoría, cuando él no es capaz de controlarse a sí mismo. Ojo de Halcón piensa si debería alejarse el mundanal ruido. La Viuda, único elemento femenino y por tanto racional del asunto, de repente está enamorada. Thor y el Capitán América pasaban por allí para distraernos y remover apetitos golosos.

Desde estos puntos de vista, La era de Ultrón resulta ser un entretenimiento pasable, con momentos puntuales de auténtica diversión, y mucho más repleta de chascarrillos y gracietas de superhombres que harán las delicias de aquellos que sólo vean cine para pasar un buen rato. No es quizá lo suficientemente fresca para conservar una buena posición en las taquillas del verano, pero desde luego maneja muy bien un ritmo ya acostumbrado en el blockbuster de la era digital.
ESPILBERDO
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