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Voto de ESPILBERDO:
4
Ciencia ficción. Thriller. Acción En un futuro próximo, una opresiva fuerza policial mecanizada es la encargada de patrullar el crimen. Pero el pueblo se está revelando ante ello. Cuando Chappie, un policía androide, es robado y reprogramado, se convierte en el primer robot con la capacidad de pensar y sentir por sí mismo. Esto hace que fuerzas poderosas y destructivas empiecen a percibir a Chappie como una amenaza para la humanidad y el orden, y no se detendrán ante ... [+]
2 de abril de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el mismo lugar en que me encuentro en este instante, un escritorio repleto de utensilios que tienen (o han tenido) cierta inteligencia artificial (una calculadora, un router en desuso, un reloj digital despertador, una impresora antigua, un contenedor de almacenaje para cds vírgenes vacíos, o el propio ordenador en que estoy escribiendo), me percato de que cualquiera de ellos podría inspirar una historia sobre chatarra que cobrase vida. No pretendo ser petulante. Ni mucho menos soy más ingenioso que cualquier otro prójimo con un mínimo de imaginación. Pero encontrándose en una circunstancia tan cotidiana como la de sentarse frente a una máquina, teniendo un gusto cinematográfico evidente por el subgénero de la ciencia ficción, y dentro de ello, admirando la labor de creadores como Paul Verhoeven, James Cameron o Steven Spielberg, afirmo sin lugar a dudas que si yo fuera Neil Blomkamp lo tendría muy fácil para desarrollar una historia como la de Chappie.

Sus referentes son claros, e incluso se copia a sí mismo (una vez más) en cuanto a ritmo, montaje y desarrollo. Es una película cómoda y poco arriesgada. El director pretende, eso sí, introducir un elemento emotivo más pueril que en otras ocasiones, presentándonos el desarrollo emocional del robot protagonista de forma paulatina, como el aprendizaje de un bebé que tiene que asumir su papel en este mundo en un contexto, además, criminal y suburbial. Único acierto en una película que actúa como una montaña rusa de géneros donde te encuentras con la sensación constante de estar ascendiendo, pero que no te permite en ningún momento descargar la adrenalina en el descenso. Cuando parece que va a lograr estimularte el corazón y el alma, cambia radicalmente de registro. Cuando te descubres divirtiéndote con la acción, retorna repentino el componente infantil y emocional y al final terminas hasta las narices porque no sabes si reír o llorar. Confusión total en una película desequilibrada y, por otra parte, reñida constantemente consigo misma.

Chappie, el personaje, está construido con mimo y esmero y Copley hace una interpretación digna de las mejores de Andy Serkis. Su entrega y la de Dev Patel (aeróbico a más no poder y sin siquiera cambiarse de camisa y quitarse la corbata) eclipsan al completo la de las supuestas estrellas del film, un Hugh Jackman vestido y peinado como un jubilado pervertido y una Sigourney Weaver que sólo se levanta de su sillón de despacho para huir despavorida en cierta escena (no sin antes recoger precipitada su abrigo y su bolso), ambos fuera de lugar, muebles victorianos decorando un salón futurista. Podría atreverme a decir que es quizá la primera película infantil de Blomkamp si su irregular desarrollo ya mencionado no incluyera alguna mutilación ocasional. Y de hecho es probable que guste más a los jóvenes espectadores que a este humilde treintañero que les habla. Me siento mayor. Mientras veía Chappie, no hacía más que recordar al carismático, tierno y ochentero Cortocircuito Johnny 5, fabricado también (paradójicamente) por un creador hindú. ¿Homenaje o casualidad?
ESPILBERDO
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