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Voto de ESPILBERDO:
3
Fantástico. Aventuras Meggie es una niña cuyo padre posee el don de hacer reales los personajes de los cuentos que le lee en voz alta. Una noche, desafortunadamente, da vida a un villano que lo secuestra con la ayuda de sus secuaces. Entonces Meggie, acompañada de un grupo de amigos reales y de ficción, intentará salvarlo. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2009
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La escasez de ingenio hollywoodiense es patente desde hace años y esto era en cierto modo preocupante. Lo que de verdad me resulta sinceramente desastroso es que esa imaginería falle teniendo en las manos la adaptación fílmica de una obra literaria que homenajea de un modo absoluto el arte imperecedero de contar cuentos. La trilogía de Cornelia Funke, es cierto, no es original, ni siquiera es ingeniosa. Cuenta una historia banal y falaz que ya nos han ofrecido autores brillantes, desde Lewis Carroll, pasando por Perrault y los hermanos Grim y atracando en los más contemporáneos Roal Dahl o C. S. Lewis. Pero es rica en matices y ofrece la posibilidad de desplegar todo un tributo colorido y explosivo a esas historias mágicas sobre lobos travestidos en abuelas, magos que conceden deseos en ciudades esmeralda, guisantes bajo colchones de princesa o cerditos obreros frustrados.

La película de Iain Softley desaprovecha penosamente todas estas ventajas. El argumento es lineal, aburrido, y, lo peor: hasta dentro de su propia fantasía, resulta incongruente. Hará bostezar a los peques y los mayores sentirán un incómodo picorcillo asociado al ridículo. No hay nada que nos sorprenda, ni una escena que nos haga abrir la boca de asombro (como ocurre con los grandes cuentos), ni un luminoso haz digital que nos transporte a otro mundo. Todo parece lo que es: un rodaje. Y tan pobre artísticamente hablando que se podría haber grabado en un castillo de Alpedrete.

Atrás quedaron las historias donde de verdad sentías que tu realidad se mezclaba peligrosamente con la ficción ("La historia interminable", de Wolfang Petersen por ejemplo, o "El mago de Oz", tan cansinamente citado en la película). "Corazón de tinta" se conforma con insinuar una aventura, y solo produce resignación. ¡Por Dios, que estamos viendo un cuento, un poco de imaginación! ¿Y qué me dicen del reparto? Más soso que los calzones del Papa: sólo Hellen Mirren muestra algo de compromiso con su interpretación de simpática altivez británica. Y Andy Serkis... bueno, él siempre será Gollum.
ESPILBERDO
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