Una unidad del ejército americano en plena segunda guerra mundial consigue de un coronel de las fuerzas Alemanas, información a cerca de un banco lleno de lingotes de oro. Este es el punto de arranque y el inicio de una aventura tan divertida como alocada por parte de la misma unidad que consiguió la información y de 3 tanques Sherman que se les unen después. Las órdenes de nuestros antihéroes son las de descansar antes de volver al frente, así que nadie les echará en falta, si se ausentan ese tiempo.
La determinación de Kelly por conseguir el oro, que ahora es soldado, pero antes era teniente es completa. Kelly, que está interpretado por Clint Eastwood, no vacila ni un momento en avanzar a cualquier precio, a través de pueblos controlados por el ejército Alemán, a pie o como sea necesario, conseguir el oro es lo único que importa. Esta no es la típica película bélica. Donde al final de la misma solo hay que esperar la imposición de medallas al valor. Hay que ver esta película como una crítica a la guerra y más concretamente a la de Vietnam, pues está realizada en 1970, con un Donald Sutherland haciendo de hippie en plena segunda guerra mundial. Menudo anacronismo. Para completar al trío protagonista tenemos a Telly Savalas como sargento mayor. Hace de contrapunto a Kelly, siendo la voz de la consciencia del grupo, el que ve las dificultades como tales y considera la empresa como poco menos que un suicidio.
En esta película podemos encontrar tanto escenas cómicas, como la del general siguiendo el avance por radio de los renegados como si fueran héroes. Intensas batallas, bombardeos de artillería. Se consigue con una idea original sencilla el llenar algo más de dos horas de acción y risas.