Sonny Crocket y Ricardo Tubbs son dos agentes que suelen trabajar de incógnito en el sur de Miami. Tras una operación encubierta de varias organizaciones gubernamentales, que termina en tragedia, son requeridos por no estar su unidad implicada en lo ocurrido para que se infiltren en el peligroso grupo responsable de lo sucedido. Para descubrir tanto quien es el topo, como la identidad de los encargados del asesinato.
Michael Mann, director de esta película y productor ejecutivo de la serie en la que se basa firma un trabajo estilizado. Dividido claramente en dos partes, una con acción y otra sin acción. Por una razón la cual no llego a comprender, evita a toda costa parecerse al producto original. Si esperas ver lanchas motoras de gran potencia, engaños, lujo, ligues imposibles, lo encontrarás. Lo que no encontrarás es ni una pizca de comedia para acompañar la cinta. Ni la dedicada adoración hacia Miami, con escenas de sus playas o de la elegancia, encanto y atractivo que desprendía la serie. Esa obsesión por filmar a oscuras, en las escenas casi siempre es de noche, está anocheciendo o están en un local cerrado, y que la mitad de la acción se situe lejos de Miami, nos privan de ver a esa ciudad. Hace que el nombre de la película sea poco más que una broma. Tal vez sea porque tenemos demasiado idealizada la versión original, la cual no era ninguna maravilla, pero esta cinta solo tiene que agradecer a su predecesora su nombre, el nombre de los personajes y a que se dedican. Nada más. Este sencillamente es otro thriller de acción, que probablemente defraude a los fieles seguidores de Corrupción en Miami y deje un tanto fríos al resto como producto por sí mismo.
El guión prometía poner otra vez a Sonny y a Ricardo de incógnito tras algún señor de la droga, y en realidad así es, pero se esfuerzan tanto en hacer que parezca real que se convierte en una historia sencillamente anodina. Donde solo se animan las cosas pasada una hora de metraje. Todo lo anterior sirve para justificar el desarrollo, pero no queremos que nos describan con máximo detalle como estos dos policías entran en contacto con sus proveedores. Sobre todo si esto añade poca tensión y supone repetir incesantemente la misma machacona idea de: "no os conozco, no me fío de vosotros". Entiendo que la confianza sea extremadamente importante en su oficio, pero lo que queremos ver es suspense, acción o una mezcla de ambos.
La poca, o practicamente nula química entre la pareja protagonista y que ambos tengan un importante caché, hace que la película esté equilibrada para contentar a ambos. Dándoles idénticos tiempos en pantalla y preocupándose más de no agraciar más a uno que al otro. Para ser una película de policías compañeros que dependen el uno del otro, los veo distantes entre ellos.
La película termina funcionando por ese final apoteósico. Sus inicios más calmados pueden con la paciencia de cualquiera y solo se hacen soportables disfrutando el rugido de esos juguetes ruidosos.