Los videojuegos como fuente de inspiración en el cine suelen causar bastantes problemas, y es difícil encontrar alguna adaptación que haya funcionado como película. La razón es sencilla, el mundo del cine y el de los videojuegos tienen reglas que no se pueden transportar del uno al otro.
Claramente trata de capitalizar la imagen que tenía el juego como producto repleto de chicas preciosas con la mínima ropa, pero sin enseñar nada. Y no es que piense que esto juegue en su contra, pero aceptando que lo único que hizo funcionar al juego, fuese esta exposición de carne y acrobacias imposibles justificadas como artes marciales, realmente pensaron que esto sería suficiente para montar una película decente. Tal vez su director, que no lo hizo tan mal dirigiendo Transporter, pensó que si con El mono borracho en el ojo del tigre, Jackie Chan creó escuela usando escenas repletas de combates a cual más estrambótico. Todo saturado de humor, pero con un argumento tan superficial como un capítulo de Los pitufos. Él podría hacer algo parecido aquí. Sustituyendo al carismático Jackie Chan por mujeres objeto, pero que no dejasen de soltar ocurrencias graciosas luciendo su mejor bikini en pantalla. Este guiño a los gustos masculinos se contrapone con la imagen de chicas fuertes e independientes, que se dejan querer, pero mantienen en todo momento el control de la situación. El argumento es poco importante, poco más que una excusa para reunir a un grupo de luchadores y así justificar los combates. Además es complejo darle a la cinta una única trama porque existen varios personajes, cada uno con sus motivaciones personales, las cuales no concuerdan entre ellas, ni llevan a un único desenlace.
Ninguna de las actrices femeninas destaca por su interpretación, aunque sí por la razón de su inclusión, deslumbrar con su figura. De los actores masculinos lo único que se puede decir es que están porque lo pide el guión, su aportación es casi irrelevante. Se les usa para mostrar un intercambio de roles, donde ellas son las que llevan la voz cantante.
Viendo los anteriores intentos de usar un juego de lucha como base de un largometraje, no entiendo como aun se atreven con nuevos proyectos de esta naturaleza. Si conseguiste ver entera la película de Street fighter, la de Jean Claude Van Damme, esta no puede causar un daño cerebral más severo. Tiene un parecido enorme con las últimas películas de Los ángeles de Charlie. Seguro que si te gustaron, esta no te defraudará. La diferencia aquí es que se han multiplicado los combates y reducido el argumento. En algunos momentos la historia flojea hasta el punto de parecer que no tenía mucha relación con lo visto hasta ese momento, y no es por una cabezada, es porque esta película de peleas aderezadas con diálogos no tiene una trabajada continuidad. A pesar de todo lo dicho, la película se puede ver, aunque solo sea por ver a estas chicas jugando al vóleibol playa, todo un espectáculo.