Un grupo de adolescentes se divierten en un parque de atracciones. Todo son risas y diversiones, pero cuando deciden subir a la montaña rusa, empieza a palparse en el ambiente un creciente sentimiento de angustia. Una de las chicas lo nota y tiene la premonición que ocurrirá un horrible suceso. Pero ya se sabe que pasa cuando escapas de la muerte, esta te persigue allí donde te escondas.
Con dos claros éxitos a la espalda de esta franquicia, el tercer intento de repetir la gloria que tuvo era casi una obligación. Siento que está por lo menos a la altura de la segunda en cuanto a buenos efectos, pero tanto a esta como a la anterior le falta la frescura y la novedad de la primera. Ya que se han instalado en una cómoda y nada arriesgada posición, donde todo se simplifica en intentar sacar clones de la primera. Estos clones no son malos por sí mismos, en realidad contienen cierta calidad, pero no son más que nuevas versiones con mejor presupuesto, más efectos y distintos actores.
El guión es la parte más malograda de esta cinta, porque no hay mucho más en él, que imaginativas y sádicas muertes. Los actores principales una vez entienden en la situación que se han metido, esto es, haber engañado a la muerte, se instalan en una repetitiva y poco aguda empresa de convencer a los demás de los hechos. Tratarán por todos los medios de salvarles de su destino, pero ya conocemos hasta que punto juega la muerte con ventaja. Apenas se intenta innovar, o añadir algo inédito que de más empuje a la historia. Solo encontré un elemento no presente en las anteriores. Lástima que lo añadido, no es nuevo en las películas de terror, y aquí está usado hasta la saciedad. No hacen más que recurrir a este recurso. Consiguiendo con ello iniciar un círculo vicioso que aumenta esa sensación de ya visto.
Esta vez repite el director James Wong, y el equipo de guionistas de la primera. En sus inicios se consigue una correcta ambientación, antes de subir a la montaña rusa, y en general hay buenos planos repartidos por toda la película. Eso sin contar las detalladas y perfectamente coreografiadas muertes que veremos. Auténticas joyas de la película y probablemente la más clara razón para verla. Serán todo lo detalladas, sanguinarias y macabras que puedes esperar. Parecen tomadas con mayor seriedad, pero les falta carga emocional porque las víctimas carecen de personalidad propia. Son simple y llanamente personajes llenos de tópicos, víctimas colocadas para morir de las que solo conocerás sus nombres. Los protagonistas hacen un trabajo correcto, nada destacable.
No estamos ante un fracaso, ni mucho menos. En realidad la película consigue mostrar un valor por sí misma, pero nadie paga por ver repetir la misma estructura de anteriores películas. Está especialmente recomendada para aficionados de sus predecesoras, porque es imposible que esas te gustaran, y esta te decepcione.