Esta peli sólo es apta para el público que tenga la sensibilidad de hormigón. Se supone que es una dulce historia romántica pero en realidad es burda y super-asquerosa, recreándose con primeros planos de los excrementos del ganado, del prota vomitando, de animales muertos o medio muertos, de mamímeros pariendo, en fin, de todo lo desagradable que puede verse en una granja llevada por un joven borrachín, un tipo homopromiscuo que se lía con todo el que se le pone por delante (y por detrás), pero siempre en escenarios muy románticos y delicados: en el water mugriento de un bar de pueblucho, en un establo revolcándose en boñigas de vaca, y no sigo porque se me pone mal cuerpo de acordarme.
Hala, ya estáis avisados.