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España España · Santa cruz de Tenerife
Voto de pakos:
10
Drama. Romance Un granjero (George O'Brien) convive felizmente en el campo con su esposa (Janet Gaynor). Pero la aparición de una seductora mujer (Margaret Livingston) de la ciudad hace que comience a enamorarse de ésta, y a pensar que su mujer es un estorbo que se interpone en la felicidad entre él y su nueva y sofisticada amante. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2018
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de ser una de las más conmovedoras películas de amor que nos ha regalado el cine, presenta un sugestivo retrato de parejas a priori antagónicas: campo/ciudad, mujer honesta/ mujer malvada ( casi un anticipo de la femme fatal, realidad/sueño, mundo apolíneo (campo)/mundo dionisíaco(ciudad), mundo pastoril (campo)/mundo caótico, deshumanizado (ciudad). La cinta oscila de la realidad a la fantasía idílica con asombrosa naturalidad. Murnau usa , para representar ese tránsito ensoñador la superposición de imágenes consiguiendo en la escena del encuentro en el bosque con la pérfida "vamp" un arrebatador tapiz caleidoscópico que muestra imágenes urbanas de frenesí dionisíaco con las que la mujer malvada trata de seducir y apartarle de su esposa.
Es una secuencia cargada de simbolismo afín al movimiento expresionista, plasmado en esa luna llena que proyecta un haz fantasmagórico, el vestido oscuro de ella, y ,como marco, el bosque, que podría sugerir incluso una pintura de Friedrich. Todo ello contribuye para reflejar un halo siniestro y casi irreal, como si todas las fuerzas demoníacas se hubiesen aliado en ese perturbador escenario tan caro al romanticismo.
En una escena posterior, la ensoñación cobra un cariz pastoril, idílico y apolíneo. Será ese momento en que él trata denodadamente recuperar a su esposa en la ciudad. Ambos caminan en medio del tumultuoso tráfico y, ante el peligro de que ella sea atropellada., él la coge de la mano y creen ambos, en una idílica ensoñación filmada por superposicíón de imagen, que caminan apaciblemente por el campo. Otra vez se nos presenta la dicotomía vida real/vida soñada. Es uno de los reencuentros más emotivos que se hayan filmado.
Esta cinta muda apenas necesita rótulos para los diálogos, tal es la poesía y elocuencia de las imágenes. Es más, a mi me da la sensación de que la palabra supondría una irrupción fatal, casi una disonancia, como si en en medio de la ejecución de una sinfonía, a uno de los músicos se le cayese el instrumento.
Esta maravilla de Murnau nos procura la satisfacción de un ideal, nos invita a soñar y de alguna manera nos redime de los sinsabores y del drama de nuestras vidas. lleva consigo, un germen de esperanza. Un canto a la vida, de inefable belleza.
pakos
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