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España España · Santa cruz de Tenerife
Voto de pakos:
10
Intriga Debido a un malentendido, a Roger O. Thornhill, un ejecutivo del mundo de la publicidad, unos espías lo confunden con un agente del gobierno llamado George Kaplan. Secuestrado por tres individuos y llevado a una mansión en la que es interrogado, consigue huir antes de que lo maten. Pero cuando al día siguiente regresa a la casa acompañado de la policía, le espera una sorpresa. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2018
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando adjudicamos una etiqueta a un cineasta, parece que lo confinamos en un estilo, definiendo así su obra con estos parámetros cerrados. A Hitchcock se le reconoce convencionalmente como "el mago del suspense", y me pregunto si el suspense es lo más relevante de su extensa filmografía. Si nos ceñimos a la "etapa americana", nos hallamos ante productos singulares que trascienden ese suspense, dejando su huella por motivos de mayor enjundia y calado, como sucede con Vértigo, un drama de fúnebre y metafísico romanticismo que oscila entre el mundo de los muertos y el mundo de los vivos y su coexistencia, como si los límites entre los dos mundos (vivos y muertos), fuesen difusos o cuanto menos, ambiguos. Ya en su primera cinta americana, el genial cineasta inglés había andado por ese sendero metafísico, con el nombre y el indeleble recuerdo de la difunta Rebeca resonando en la conciencia de los personajes, hasta llegar a convertir a la desaparecida en la principal protagonista, sin necesidad de presentarla en imágenes.
North by northwest puede verse como un guiño cómico a ese tema del "ausente", tan caro a Hitchcock. En este caso, Kaplan, un espía, no viene de un virtual "más allá", sino que es un señuelo creado por la CIA para confundir a Vandamm ( James Mason) y sus secuaces, pero el azar o el destino involucra directamente a Roger Thornhill (Cary Grant), un ejecutivo del mundo de la publicidad que verá peligrar su vida desde los primeros compases de la película hasta el final. No podía faltar en este atribulado periplo un amor, encarnado por una de las rubias que tanto obsesionaban a Hitchcock ,Eva Marie Saint (Eve Kendall), un agente doble que al inicio muestra un aire de "femme fatale" del noir, pero no puede evitar enamorarse de un encantador Cary Grant ,que realiza una de sus mejores actuaciones, evocando en nuestras conciencias cinéfilas sus más brillantes momentos en las "screwball comedies". Y aquí quiero detenerme para mostrar lo débil y superficiales que llegan a ser las etiquetas, sobre todo cuando tratamos con una personalidad tan compleja y casi inabarcable como la de nuestro orondo y genial cineasta inglés, aureolado como "mago del suspense", pobre y convencional etiqueta que no hace justicia a su maestría, porque además de su incuestionable maña para suspender nuestra atención con acciones trepidantes o silencios y esperas larguísimas, nos ha hecho reír desde su "etapa inglesa" (39 escalones, Alarma en el expreso, etc), con un talento equiparable al que atesoraban Hawks, Preston Sturges o los geniales Hermanos Marx. Lo podemos comprobar con los primeros 5 minutos de North by northwest, desde el instante que Grant sale del trabajo. La conversación que sostienen él y su secretaria es digna del alado cinismo, inventiva y demás piruetas conceptuales de Groucho Marx, un humor que alcanza en algún momento tintes casi surrealistas.. A la salida del trabajo, Grant , mientras va acompañado por su secretaria, se cruza por los pasillos con un amigo, y le dice: "Saludos a tu esposa", y el otro le responde: "No nos hablamos". Luego Grant continúa dando indicaciones que son anotadas diligentemente por su secretaria, de esta guisa: " Envíele ( a un cliente) una caja de bombones envuelta con papel dorado, así se hará la ilusión de que está comiendo dinero". Luego, ya en la calle, se cuela, apartando a un usuario, con excusa fingida, para entrar con su secretaria en el taxi. Ella, avergonzada, le recrimina diciendo: " Pobre hombre" y Grant le contesta: " Tranquila, ahora ese individuo estará orgulloso de haber sido un buen samaritano". Y continúa Cary Grant: " Me veo un poco subido de peso, ponga en mi oficina un letrero que ponga " No engordar" y la secretaria, haciendo gala de un servilismo congénito, anota "No engordar". Y bien, ¿esto no es puro Groucho Marx? ¿ no es Hitchcok, además del "maestro del suspense", un " maestro de la comedia"? Es más ¿ en estos desternillantes y casi surrealistas diálogos preñados de cinismo y gracia alada no hay una sátira despiadada al desmedido capitalismo, donde las relaciones con los otros no son más que relaciones económicas?. En apenas 5 minutos, Hitchcock lanza un dardo venenoso a la hipócrita sociedad del consumo. ¿ Cuándo habéis visto algo similar en una cinta de acción y suspense?. Indefectiblemente nos tenemos que remitir a Groucho Marx y a las screwball comedies de los años 30 y 40.
La película será recordada más por míticas escenas de acción como la de la avioneta en los maizales o el vertiginoso final, con la guinda de una de las más afortunadas elipsis que nos regalado el cine, pero a mí ese comienzo me parece de las cosas más divertidas que visto nunca. Hitchcock, "maestro del suspense", cierto, pero "maestro de la comedia", también.
pakos
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