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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Terror. Thriller Böhm interpreta a psicópata que fotografía a sus víctimas mientras mueren; es un hombre profundamente perturbado, cuyo desequilibrio hunde sus raíces en la infancia. Su padre, un científico obsesionado por estudiar las reacciones infantiles ante el miedo, destrozó su psique y lo convirtió en un adulto acomplejado y afectado por una demencia demoníaca. El personaje necesita registrar en imágenes el terror que sienten sus víctimas antes ... [+]
4 de julio de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo thriller psicológico a cargo del veterano Michael Powell, quien ennoblece el subgénero incorporando un sugestivo discurso meta-cinematográfico, facturado además con notable sentido pictórico —ya el plano inicial nos remite de inmediato al célebre “Nighthawks” de Edward Hopper— y una saturación cromática donde se adivina la impronta de la Hammer, productora que por entonces hacía lo propio dando lustre al terror gótico.
El sabio manejo de la intriga y el “tempo” —reposado, pero en “crescendo” infatigable—, así como una sádica querencia por las rubias brutalizadas, entroncan de manera evidente con los usos de Alfred Hitchcock. De hecho, no cuesta emparentar la cinta que nos ocupa —y sin desmerecer en absoluto, eso además— con “Psicosis” (“Psycho”, 1960), aproximación del mago del suspense a un tema similar.
El papel de asesino en serie le cae en suerte a Karlheinz Böhm, conocido por haber interpretado después a un joven y galante emperador Francisco José I de Austria en las ñoñas películas de Sissi. Si bien ese Mark Lewis de traumático pasado y criminal presente constituye un rol mucho menos agradecido que el que le granjeara fama internacional, éste resulta infinitamente más sustancioso.
En efecto, Böhm se erige en alma de la mórbida fiesta, pues con la trenca y esa cara suya de no haber roto un plato, el hablar quedo y su indisimulable acento, insufla en el personaje una poco acostumbrada humanidad. Tan frágil, tan doliente que, aun sabiéndolo un monstruo sin remisión, en numerosas ocasiones se hace difícil no empatizar con él, no desear que se vaya de rositas y pueda seguir matando con total impunidad.
Carorpar
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