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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Thriller Eddie convence a tres amigos para jugarse sus ahorros en una partida de cartas contra Harry el Hacha, un mafioso del barrio. La partida está amañada, y Eddie no sólo pierde todo el dinero sino que contrae una deuda de medio millón de libras, que debe pagar en el plazo de una semana. El mafioso pretende quedarse con el local de su padre para resarcirse de la deuda, pero los cuatro amigos planean saldarla de una forma mucho más arriesgada. (FILMAFFINITY) [+]
16 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a algunos defectillos producto de la bisoñez —la bajada de tensión que aqueja a algunos pasajes o las escasas prestaciones interpretativas de Nick Moran—, el debut de Guy Ritchie constituye una delicia grunge donde ya están presentes las señas de identidad de su director, y con una fiera pureza que, tras la gloriosa “Snatch. Cerdos y diamantes” (“Snatch”, 2000), la industria ha venido por desgracia adulterando hasta quedar reducidas a la inanidad de franquicia. También los años, claro. A los treinta te pegas una fiestas y ruedas unas cosas que, a los cincuenta, ni el hígado, ni la ciática, ni los chavales te permiten, sobre todo el mayor, que no te aprueba ni la tutoría, el muy...
Efectivamente, un guion pespunteado de diálogos como balaceras vertebra una sorprendente trama de gangsters de medio pelo: cuatro timadores se las van a ver —a la vez— con tres bandas violentas de los bajos fondos de Londres. En medio, Vinnie “el carnicero” Jones —revelación absoluta de la película, junto al Jason Statham previo a su conversión en héroe de acción— repartiendo más estopa que en sus días de futbolista, nunca me cansaré de recomendar las antologías que pueblan YouTube con sus estremecedoras entradas. Tampoco tiene desperdicio la presentación de cada uno de los bizarros personajes, a través de un recurso típico de Ritchie consistente en congelar la imagen para a continuación hacer un rápido zoom.
El abrasado color, rayano en el sepia, así como el denso grano de la imagen y ciertas angulaciones y desenfocados, refuerzan el aroma “indie” —casi “amateur”— de la producción. En cuanto a la banda sonora, es sencillamente explosiva, de lo más sexy que he escuchado últimamente. Alternando temas de James Brown, The Stooges y The Stone Roses, de pronto, sin solución de continuidad y a guisa de prólogo para uno de los variopintos tiroteos a quemarropa: “Zorba el griego” … Cómo se puede ser tan macarra.
Carorpar
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