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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Terror Famosa adaptacion del clásico de Robert Louis Stevenson, en esta ocasión con John Barrymore como el amable doctor jekyll que sufre de un terrible trastorno de doble personalidad que le hacer convertirse de vez en cuando en otra terrible persona que se hace llamar Mr. Hyde.
28 de noviembre de 2020
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Primera adaptación a la gran pantalla de la celebérrima novela de Stevenson y debut en el cine de John Barrymore, uno de los mitos fundacionales del séptimo arte y patriarca de una dinastía que se prolonga hasta hoy.
A la hora de analizar “El hombre y la bestia” y los excesos dramatúrgicos que algunos le achacan, conviene tener en cuenta lo antedicho —Barrymore era un actor shakesperiano, importado, como tantos otros, a fin de prestigiar el jovencísimo medio—, así como, precisamente, un lenguaje cinematográfico en pañales y todavía muy en deuda con el teatro.
Así, conviven en la cinta de John S. Robertson, pasajes de indiscutible modernidad formal —la inserción de imágenes vistas al microscopio, un puñado de trucajes bastante logrados y un montaje ciertamente fluido de planos medios y cortos— con otros que ya en 1920 se podían considerar anticuados: esas estampas interiores, frontales y de estatismo desesperante, captadas a distancia excesiva, como queriendo amortizar el gasto en escenografía. La película adolece, asimismo, de una torpeza narrativa general manifestada en el recurso casi constante a los intertítulos, innecesarios cuando se dominan los códigos visuales que hacen del cine un género en el que el texto es un elemento secundario, especialmente en su etapa muda.
Con todo, la insalubre atmósfera de los bajos fondos victorianos, con su smog denso como el puré de guisantes, trémula luz de gas, tabucos misérrimos y sórdidos fumaderos de opio, viene recreada con suma pericia. Tampoco puede negarse el carisma de Barrymore, uno de esos sinvergüenzas geniales de los que resulta imposible no encariñarse. No en vano, se trataba del ídolo —y no únicamente cinematográfico— de otra pieza de museo como Errol Flynn. En su doble papel como Henry Jekyll y Edward Hyde, entrega la que posiblemente sea la primera gran interpretación de la historia del cine ¿Histriónica? Por descontado. Y memorable también.
Carorpar
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